Por Mtro. Carlos Ramos Rosete [1]
El Nican Mopohua es un documento que relata las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, en donde se presenta un testimonio sobre la presencia de la imagen guadalupana que es venerada en la Basílica de Guadalupe, ubicada junto al cerro del Tepeyac en la Ciudad de México.
Hablar del Nican Mopohua es adentrase en un contexto de fe religiosa de tipo católico. Querer entender su contenido dejando de lado la fe religiosa en nombre de una pretendida objetividad, hace imposible acceder al significado propio de este documento.
Lo anterior no quiere decir que aquel que busca hacer un análisis del Nican Mopohua necesariamente deba de aceptar la fe religiosa, sino que una persona, aunque no sea creyente, al momento de analizar dicho documento no puede dejar de lado que tal documento se encuentra en un contexto de fe religiosa católica.
El Nican Mopohua es el testimonio de una “mariofanía”, es decir, la manifestación de un hecho sobrenatural; la aparición de la Virgen madre de Jesucristo a un(os) testigo(s) para comunicar un mensaje que puede tener carácter privado o público.
En una “mariofanía”, la madre de Jesucristo se aparece en un determinado espacio-tiempo, es decir, un contexto sociocultural particular, asumiendo en su manifestación determinadas características físicas y una vestimenta en particular de acuerdo a ese contexto sociocultural. Se tienen varias mariofanías como son: la Virgen de Lourdes, la Virgen de Fátima y la Virgen de Guadalupe del Tepeyac. Toda mariofanía, para ser reconocida, queda sujeta a una rigurosa evaluación de la Iglesia católica romana que avala que tal manifestación no es algo ficticio o producto de la fantasía.
En el caso de la Virgen de Guadalupe del Tepeyac, el Nican Mopohua es testimonio escrito que involucra en su narración la existencia de un testigo principal conocido como Juan Diego, quien es el depositario de un mensaje mariano, y de un destinatario de dicho mensaje, el Obispo fray Juan de Zumárraga, como lo señala el mismo documento:
“Acattopa quimottititzino ce macehualtzintli itoca Juan Diego; Auh çantenpan monexiti in Itlaçoixiptlatzin in ixpan yancuican Obispo Don Fray Juan de Sumárraga.
ihuan in ixquich tlamahuiçolli ye quimochihuilia.”
“Primero se mostró a un hombrecillo, de nombre Juan Diego. Luego apareció su imagen preciosa ante el recién electo obispo don fray Juan de Zumárraga, y [también se relatan] todas las maravillas que ha hecho”. (León Portilla, M., 2014; 93)
La palabra náhuatl tlamahuizolli es traducida en el anterior texto como maravillas. Pero también cabe la traducción como sobresaliente. Y en la mentalidad cristiana se podría traducir como: milagros, o sea, hechos sobrenaturales.
El contexto de fe religiosa en el cual se ubica al Nican Mopohua determina el sentido con el cual fue escrito. Como ya se ha señalado, tal sentido es el testimonio de un acontecimiento sobrenatural ubicado como mariofanía. Es obvio que el Nican Mopohua no fue escrito con una finalidad historiográfica, es decir, no es la finalidad de dicho documento proporcionar una crónica bajo los lineamientos de la historia como ciencia, aunque asume un contexto histórico, y se lee en él:
“Y a diez años de que fue conquistado el agua, el monte, la ciudad de México, ya reposó la flecha, el escudo, por todas partes estaban en paz en los varios pueblos. Entonces, en el año de 1531, pasados algunos días del mes de diciembre, sucedió. Había un hombrecillo, un pobrecillo, su nombre era Juan Diego. Se decía que tenía su casa en Cuauhtitlán. Y en cuanto a las cosas divinas, aún todo pertenecía a Tlatelolco”. (León Portilla, M., 2014; 93)
Resulta equivocado querer enfocar el Nican Mopohua como un escrito cuya finalidad principal sea historiográfica porque el testimonio de fe del cual busca dar cuenta, o sea, una mariofanía de carácter sobrenatural no es un hecho que pueda ser la conclusión de una argumentación historiográfica, en razón de que la fe en un acontecimiento milagroso, aunque se realice en la historia e incluso tenga profundas repercusiones en la historia, escapa, por su mismo carácter sobrenatural, al registro histórico. Más bien, el registro historiográfico no puede ser contradictorio al milagro narrado en el Nican Mopohua, siempre y cuando tal milagro sea verificable en su propio contexto.
Lo que sí puede ser objeto de estudio historiográfico es el contexto en donde se presenta un acontecimiento que la fe lo asume como un testimonio de algo sobrenatural. El estudio histórico del contexto puede enriquecer y ayudar a entender lo relatado en el Nican Mopohua como bien apunta el historiador guadalupano Eduardo Chávez:
“Si bien, una aparición escapa a la razón y trasciende a la historia; no se puede negar su repercusión, por lo que se pueden estudiar los rastros, los signos y los elementos, que haya dejado y con los cuales haya marcado la historia” (Chávez, E., 2009; 243)
Por otra parte, resulta insensato exigirle al Nican Mopohua una demostración científica del milagro -del cual está dando testimonio-, con la finalidad de convencer a escépticos o anti-aparicionistas.
Los tres protagonistas principales del Nican Mopohua son la Mujer denominada como Guadalupe, Juan Diego como mensajero y fray Juan de Zumárraga quien es el destinatario del mensaje.
La mujer es presentada en las primeras líneas del Nican Mopohua de la siguiente manera:
“Nican mopohua, motecpana, in quenin, yancuican, huey tlamahuiçoltica, monexiti in cenquizca ichpochtli Sancta Maria Dios Inantzin”.
“Aquí se relata, se pone en orden, cómo, hace poco, de manera portentosa,
se mostró la perfecta doncella. Santa María, madrecita de Dios,” (León Portilla, M., 2014; 93)
En la expresión “huey tlamahuizoltica,” el término “tlamahuizoltica” como se ha comentado, puede traducirse como sobresaliente o milagroso, pero aquí se ve acompañado de la palabra náhuatl “huey” que se traduce como gran o grande funcionando como un adjetivo. La idea de este doble vocablo huey tlamahuizoltica, se puede traducir como gran sobresaliente o gran milagro.
En la expresión náhuatl “cenquizca ichpochtli”, el término “cenquizca” significa totalidad que no excluye cosa alguna, o bien una totalidad que abarca o incluye de modo absoluto. En este caso, el término “cenquizca” se acompaña de la expresión ichpochtli el cual remite al concepto de una mujer joven totalmente doncella que de ningún modo ha sido tocada en el plano sexual por varón alguno.
En otro apartado del Nican Mopohua se señala:
“Ma xicmati, ma huel yuh in moyollo, noxocoyouh, ca nehhuatl in niçenquizca çemicac ichpochtli, Sancta María”
“Sábelo, que esté así tu corazón, hijo mío, el más pequeño, en verdad soy yo la en todo siempre doncella, Santa María,” (León Portilla, M., 2014; 101).
La expresión náhuatl “cemicac ichpochtli” que es traducida como todo siempre doncella, también se puede traducir como la perpetua doncella. Igualmente, en otro apartado del Nican Mopohua la misma mujer se autodenomina: nicemicac Ichpochtli Sancta María (yo la siempre doncella Santa María).
En mentalidad cristiana, las expresiones cenquizca ichpochtli (todo doncella) y cemicac ichpochtli (la siempre doncella) son perfectamente compatibles con la palabra virgen.
He aquí la conexión que puede haber entre el Nican Mopohua y el texto bíblico de Lucas 1:26-27.
Ἐν δὲ τῷ μηνὶ τῷ ἕκτῳ ἀπεστάλη ὁ ἄγγελος Γαβριὴλ ἀπὸ τοῦ θεοῦ εἰς πόλιν τῆς Γαλιλαίας ᾗ ὄνομα Ναζαρὲθ.
πρὸς παρθένον ἐμνηστευμένην ἀνδρὶ ᾧ ὄνομα Ἰωσὴφ ἐξ οἴκου Δαυείδ, καὶ τὸ ὄνομα τῆς παρθένου Μαριάμ.
“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María” (λόγος κ λόγος. Biblia Interlineal)
El término griego παρθένου (virgen) es perfectamente compatible con los vocablos en náhuatl de cenquizca ichpochtli (totalmente doncella) o bien cemicac ichpochtli (la siempre doncella). Huelga decir que tanto en el Nican Mopohua como en el evangelio de Lucas el nombre de la mujer es el mismo, María.
La expresión náhuatl cenquizca Ichpochtzintli Santa María de Guadalupe (la todo doncella Santa María), junto con la expresión cemicac ichpochtli (siempre o perpetua doncella) es compatible con la idea católica de que María fue virgen antes del parto, durante el parto y después del parto. Desde luego, la expresión Santa María no puede ser traducida al náhuatl porque no hay palabra en esta lengua que pueda ser equivalente al concepto de santidad ni tampoco un nombre propio no náhuatl como María puede ser traducido a esta lengua.
[1] Maestro en filosofía por la Universidad del valle de Atemajac (UNIVA). Docente del departamento de formación humanista de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Miembro del centro de estudios guadalupanos de la UPAEP.
Bibliografía:
Chávez Eduardo. La Verdad de Guadalupe. Ediciones Ruz. México 2009.
Miguel León Portilla (2014). Tonantzin Guadalupe. Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el Nican Mopohua. FCE, México.
λόγος κ λόγος. Biblia Interlineal. Bilingüe. https://www.logosklogos.com/