Día internacional de la niña: en memoria de las niñas fantasmas

A lo largo de esta semana facebook y twitter parecían tener un tema en común: por primera vez se festejaría el día internacional de las niñas, sin embargo, lo único en lo que podía pensar era ¿qué vamos a festejar? las niñas y las mujeres en México desaparecen, no son secuestradas, no son asesinadas, simplemente desaparecen y las autoridades esperan que nadie hable de ellas.

Las noticias sobre los feminicidios reflejan que las mujeres siguen siendo consideradas objetos, parecería que el texto de Gayle Rubin, escrito hace poco más de veinte años, El tráfico de mujeres: notas sobre la “economía política” del sexo tuviera una vigencia absoluta y no hubiéramos progresando prácticamente nada. Las mujeres son maltratadas porque no se les comprende como personas sino como acompañamiento y elemento del hombre, por lo tanto ¿qué más da si una mujer es asesinada por su marido?

En Querétaro, uno de los estados “pacíficos” del país, las cifras de mujeres desaparecidas cada vez son más altas y las autoridades presentan motivos absurdos de porqué desaparecen: tiene problemas de conducta, se fue por rebeldía, no es la primera vez que se va, se fue después de una discusión familiar, ya se ha salido en otras ocasiones (PGJ, 2012), la lista podría agrandarse, llegar a llenar páginas y páginas y aún así no justificarían nada, porque, además, la mayor parte de las desaparecidas son menores de edad: de 53 mujeres desaparecidas, 48 son menores de edad (Espinosa, 2012). Estas niñas y mujeres se convierten en fantasmas, fantasmas sin voz, pistas o ubicación, simplemente dejan de existir y sólo sus familias las buscan, entonces ¿por qué habríamos de sumarnos a los festejos del Día Internacional de la Niña si no somos capaces de defenderlas?

Finalmente, y sobretodo, por responsabilidad laboral terminé por visitar el sitio de UN Women para conocer concretamente, las declaraciones y publicaciones en relación a este día y en menos de cinco minutos me encontré con algo realmente sorprendente, el festejar el Día Internacional de la Niña implica realizar una denuncia de todos los momentos en los que no son respetados los derechos de las niñas, de todas las autoridades que abusan de su poder y maltratan a las menores, de todas las tradiciones que van en contra de los derechos humanos, de todas las violaciones a las leyes, de todas las situaciones en las que una niña ignorada.

Este año el objetivo del festejo es denunciar e intentar erradicar el matrimonio infantil que, aunque nos parezca un asunto de Medio Oriente y de África (lugares a los que constantemente criticamos por sus tradiciones machistas y patriarcales), es una problemática completamente local: en México también se venden mujeres y se les obliga a casarse, se intercambian y se mandan a otros países para satisfacer a los hombres, ya sea porque se sienten solos, o porque son ambiciosos, o por tradiciones, o por necesidad, siempre hay una forma de excusar este tipo de acciones.

Las noticias, conferencias y declaraciones de hoy en la sede de UN Women se han enfocado a denunciar y a explicar las problemáticas de estas prácticas: el matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos, y prevalece en muchas regiones del mundo, particularmente en áreas rurales y entre las comunidades más pobres. Globalmente, aproximadamente 1 de cada 3 (o aproximadamente 70 millones) de mujeres jóvenes, de entre 20 y 24 años, en los países en desarrollo (menos China) se casaron antes de cumplir 18 (Bachelet, 2012). Y la cifra de mujeres, más bien dicho niñas, que se casan antes de los 18 años aumentará casi al doble si no se toman medidas inmediatas  y adecuadas (Ki-moon, 2012)

El obligar a una mujer a casarse no sólo implica limitarla, dejarla sin oportunidades ni educación, someterla a una vida que no escogió, volverla “objeto” de discriminación y de violencia, es también dañar su salud: si una madre tiene menos de 18 años, los riesgos de que su bebé muera en el primer año de vida son 60% más altos que los de un bebé cuya madre tiene más de 19 años (Ki-moon, 2012).

Sin ir más allá, me parece fundamental tomar en cuenta la reunión organizada por UN Women, donde estuvieron Michelle Bachelet y el Arzobispo Desmond Tutu entre otros, se establecieron varios acuerdos para evitar que algunas prácticas culturales y tradiciones sigan siendo motivo de violación de los derechos de las niñas: se necesita una legislación más rígida contra aquellos que secuestran niñas, se debe prohibir que los violadores de niñas queden libres de pena si se casan con aquellas a quienes violan, debe haber un verdadero compromiso por parte de todos los países para asegurar que las niñas reciban educación (está comprobado que, mientras más educadas estén las niñas tienen mayores posibilidades de defender sus derechos y, como dijo Bachelet, UN Women puede impartir millones  de pláticas, pero mientras el cambio no venga del interior de las comunidades no se logrará erradicar, del todo, este tipo de prácticas), difundir entre niños y hombres una cultura de respeto hacia las mujeres, pues tanto hombres como mujeres deben formar parte del cambio.

 

Bibliografía

Declaración de Michelle Bachelete, Directora Ejecituva de UN Women, 2012.

Mensaje de Ban Ki-moon Secretario General de la ONU, 2012.

Joint Statement: International Day of the Girl Child 2012, http://www.unwomen.org/2012/10/joint-statement-international-day-of-the-girl-child-2012/

ESPINOSA Verónica (2012): “Las desaparecidas de Querétaro y las cifras maquilladas” en Proceso, México, 15 de septiembre de 2012.

Libertad de palabra (2012): Continúan desapareciendo mujeres en Querétaro, México, 11 de septiembre de 2012.

GAYLE Rubin (1986): “El tráfico de mujeres: notas sobre la “economía política” del sexo” en Revista Nueva Antropología, noviembre, año/vol. VIII, número 030, Universidad Nacional Autónoma de México, Distrito Federal, México, pp. 95-145.