Por Mtro. Carlos Ramos Rosete [i]
El Nican Mopohua en sus primeras líneas dice:
“Ye yuh matlac xihuitl in opehualoc in atl in tepetl Mexico, in ye omoman in mitl in chimalli, in ye nohuian ontlamatcamani in ahuacan in tepehuahcan. in maca çan ye opeuh, ye xotla, ye cueponi in tlaneltoquiliztli, in iximachocatzin in Ipalnemohuani, nelli Teotl Dios.”
“Y a diez años de que fue conquistada el agua, el monte, la ciudad de México, ya reposó la flecha, el escudo, por todas partes estaban en paz en los varios pueblos.
No ya sólo brotó, ya verdea, abre su corola la creencia, el conocimiento del Dador de la Vida, verdadero Dios”. (León Portilla, M., 2014; 92-93)
La palabra “cueponi” significa brotar, abrir la corola, haciendo alusión a la flor que se abre para mostrar sus pétalos que causan admiración por su color y deleite estético. Por su parte el vocablo «tlaneltoquiliztli» se traduce como fe o como creencia, indicando la acción de creer.
Miguel León Portilla como estudioso del pensamiento náhuatl señala con relación a la Flor y al Canto:
“(in) Xochitl in Cuicatl: flor y canto: la poesía. Uno de los difrasismos nahuas de más hondo contenido. Incontables veces se repite en los poemas nahuas que “flores y cantos” es lo más elevado que hay en la tierra. Concretamente se afirma también, que “las flores y cantos” es el único camino para decir lo verdadero en la tierra. Y llega a tanto esta afirmación de que el conocer poético, venido del interior del cielo es la clave para penetrar en el ámbito de la Verdad, que puede sostenerse que todo el pensamiento náhuatl se tiñó del más puro matiz de la poesía.” (León Portilla, M., 2017; 454)
En su libro: Filosofía náhuatl estudiada en sus Fuentes, León Portilla analiza a fondo lo que es la “Flor y el Canto”. Y en este libro se citan muchos poemas; para ejemplificar nos remitimos al siguiente:
“Brotan las flores, están frescas, se van perfeccionando,
abren las corolas:
de su interior salen las flores del canto:
sobre los hombres las derramas, las esparces:
¡tú eres el cantor!”
(León Portilla, M., 2017; 191)
La versión náhuatl del anterior poema es:
Itzmolini xochitl celia milihui,
cueponi:
Mitecpa on quiza in cuicaxochitl,
in tepan tictzetzeloa tic ya moyahua:
¡ti cuicanitl!
(León Portilla, M., 2017; 400)
En el poema se encuentra la palabra “itzmolini” que también se traduce por “brotar” o como “verdecer” y la voz “cueponi”, que como ya se mencionó hace alusión a la flor que abre su corola para mostrar sus pétalos que causan admiración por su color y deleite estético.
En la mentalidad náhuatl la flor y el canto es la inspiración que viene de arriba, que viene de los cielos, que hace que el cantor (el poeta) pueda decir cosas verdaderas. La verdad que solamente se expresa en la flor y el canto (poesía) siempre viene del “interior del cielo” como en el canto siguiente:
“Sólo provienen de su casa, del interior del cielo,
sólo de allá vienen las variadas flores…
Donde el agua de flores se extiende,
la fragante belleza de la flor se refina con negras, verdecientes
flores y se entrelaza, se entreteje:
dentro de ellas canta, dentro de ellas gorjea el ave quetzal.”
(León Portilla, M., 2017; 191)
El poema habla de la flor y el canto y señala que la poesía misma proviene “de su casa, del interior del cielo”; en náhuatl tal expresión se traduce como “in Ichan, in ilhuicatl itic”. En donde “Ichan” es una forma posesiva para referirse a la casa
La palabra «calli» en náhuatl significa «casa», mientras que «ichan» también se refiere a «casa», pero en un contexto más amplio, incluyendo el hogar y la familia. «Calli» es más específico para la estructura física de la vivienda, mientras que «ichan» abarca la idea de pertenencia y comunidad dentro del hogar, según diccionarios de la lengua náhuatl.
La casa propia de la flor y el canto (la poesía) es el interior del cielo, es decir, lo más alto del cielo que baja a modo de inspiración poética. Por ello en la flor y en el canto solamente existe verdad.
Regresando al Nican Mophua. Cuando ahí dice: ye cueponi in tlaneltoquiliztli (brotó, ya verdea, abre su corola la creencia), él mismo Nican se expresa como “flor y un canto”, como poesía, que trasmite una verdad que viene de lo más alto del cielo que revelará un conocimiento nuevo de fe religiosa. Una fe que muestra a Santa María, madrecita de Dios o bien la muy respetable y apreciada madre de Dios (Sancta Maria Dios Inantzin) vinculada al: “in Ipalnemohuani, nelli Teotl Dios”, lo cual se traduce como: “Dador de la Vida, verdadero Dios”. (León Portilla, M., 2014; 93)
Es interesante profundizar en la expresión náhuatl: in Ipalnemohuani, nelli Teotl Dios. Pero mejor esto se deja para un posterior escrito cuyo título es: Santa María, madrecita del: “Dador de la Vida, verdadero Dios” (in Ipalnemohuani, nelli Teotl Dios).
[i] Maestro en filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA). Docente del Departamento de Formación humanista de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Miembro del Centro de Estudios guadalupanos de la UPAEP.
BIBLIOGRAFÍA.
Miguel León Portilla (2017) La filosofía náhuatl. Estudiada en sus fuentes. UNAM. México.