Por Alba Paola Torres Núñez.
Donación de Óvulos. La creciente ola de mecanismos médicos para preservar la vida a través de nuestros genes supone una numerosa lista de opciones, tanto para quienes desean un hijo, como para aquellos que han visto afectados por las situaciones actuales generadas por la pandemia y la pédida de empleo, y deciden hacer de su cuerpo un medio económico.
Si bien los tratamientos de fertilidad no son procedimientos nuevos, se han perfilado en el mercado no sólo como una excelente opción para los clientes sino también para mujeres caritativas que de “buena voluntad” desean ayudar a otras mujeres y/o parejas a concebir su sueño de ser padres a través de la donación de óvulos. No obstante debido a que someterse a este tipo de procedimientos implica tiempo y recursos, en realidad es una práctica lucrativa, llena de incertidumbre y expectativas, muy alejada de la caridad.
INTRODUCCIÒN
Factores como el estrés, la mala alimentación, la contaminación, el sedentarismo, la rutina, y algunos factores géneticos han contribuido al incremento de la infertilidad aún en personas con calidad de vida estable y buena salud; concebir de forma pronta y natural, se ha convertido en un desafío y hasta en un milagro para algunas ellas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad afecta a 34 millones de mujeres alrededor del mundo, y es considerada la quinta disfunción global más seria (Aviles, 2019). Sin embargo, hoy en día, con los avances tecnológicos y biotecnológicos, la reproducción asistida (TRA) posee un porcentaje de éxito bastante amplio, por lo que las personas que buscan cumplir el deseo de tener hijos y presentan dificultades biológicas para concebir, recurren a ella. Algunos de estas dificultaes se presentan como problemas en ovarios, enfermedades crónicas o cuando los óvulos son de calidad definciente como para lograr un embarazo sano.
Pareciera ser entonces que ya no estamos sujetos a lo que nuestros cuerpos puedan o no hacer, y que con el simple acto de abrir el buscador aparecerán todas las clínicas existentes a nuestro alrededor, que prometen- y dan la confianza de- ser idóneas para involucrarse en nuestros sueños futuros. Lamentablemente y aunque los avances no cesen, en realidad desconocemos qué hay detrás de todo lo que se hace en esas clínicas y sus laboratorios.
Debido a lo anterior recurrir a la TRA genera incertidumbre e inquietud, pues no sabemos los propósitos reales, el uso o fin que se les da, en este caso particular, a los óvulos que han sido donados y/o rezagados, de clientes satisfechos que ya han logrado el objetivo paterno o que a pesar del procedimiento no lo lograron. Lo que puede significar un uso con fines convenientes a la clínica o ser utilizados para experimentación, lo que al día hoy aún no se encuentra regulado jurídicamente. El alcance de este procedimiento no sólo es médico, sino que también social, legal, económico y ético, por lo que es de llamar la atención que en los anuncios que reclutan jovencitas para este procedimiento soliciten una actitud altruista, con ganas de obtener un incentivo económico a través de la donación de sus óvulos.
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Objetivo d ela donación de óvulos
El objetivo principal de la TRA es conceder al cliente la satisfacción de obtener, a través de sus métodos, el milagro de nueva vida; es decir, ayudar a los clientes a cumplir su deseo de ser padres. Con la donación de óvulos “sanos” se busca garantizar un embarazo en parejas que acceden a este procedimiento.
Según Pantaleón (s.f: 22), esta práctica se toma muy a la ligera, conforme a los puntos 1 y 4 del artículo 5º se califica a la donación de gametos o preembriones ‘de contrato’, lo que significaría entonces que hay una falla en esto, pues ni los gametos ni los preembriones entran en el comercio de los hombres, por tanto, no puede haber un contrato de por medio. Posiblemente tengamos aquí un doble efecto, pues el propósito es bueno pero tendríamos que preguntarnos ¿a qué costo? Estamos hablando de la cosificación de la mujer donante de óvulos y la de los gametos que de ella se obtengan.
1.1 Edad y características de una mujer donante de óvulos
Es menester suponer que las mujeres candidatas para postularse a la donación de óvulos son mujeres jóvenes en edad fértil y posiblemente con un físico regular, y efectivamente lo es. España es uno de los primeros países que tiende a técnicas de reproducción, la Ley española de Reproducción Asistida establece que para que esto sea posible la mujer debe tener entre 18 y 35 años de edad, gozar de salud física y emocional, no padecer ni tener antecedentes familiares con enfermedades genéticas, y tampoco padecer infecciones susceptibles de transferirse a la descendencia (Ivi Dona, 2016). Los donantes y contratos de donación están regulados por el Artículo 5 de la Ley 14/2006, los requisitos de los donantes, de gametos y preembriones, son: tener más de 18 años, buen estado de salud psicofísica y plena capacidad de obrar (Aviles, 2019, pág. 19). Además de lo anterior le vamos sumando características que significan un plus como la apariencia física, la estatura y habilidades físicas. Ya decíamos que España es el primer país con legislación sobre generalidad de las técnicas de reproducción asistida y cuentan con distintas clínicas dedicadas a ello. En muchas de ellas se acude de manera voluntaria y gratuita, en donde se llena un formato que ayudará a ponerse en contacto con la candidata y proceder con un estudio médico exhaustivo para descartar enfermedades genéticas que puedan afectar al fututo nacido y verificar la compatibilidad sanguínea con los de clientes.
En cuanto a México ya han llegado este tipo de clínicas de fertilidad a las grandes ciudades del país. Ingenes es una clínica que tiene sucursales alrededor de la República Mexicana y también en Estados Unidos; los requisitos para donación son más específicos en su página web, detallan características muy puntuales, probablemente para reducir el tiempo de búsqueda de candidatas. Si bien Ingenes pide un índice de masa corporal de 20 a 24, la realidad es que hoy en día incluso las mujeres con sobrepeso también son candidatas, con la única diferencia de que el procedimiento se prolonga debido a que deben someterse a mayores procesos hormonales. Es común que en mujeres que sobrepasan el IMC >30, los ciclos menstruales sean irregulares, pues se trataría en su mayoría de ciclos sin ovulación, complicando que se dé un embarazo “sencillo y planificado”. Debido a estos problemas, la tasa de éxito de una donante con estas características es deficiente, pues incluso aplicada ya en un caso de TRA pueden existir abortos espontáneos. Sin embargo, la OMS dice que tras perder de un 5 a un 10% de peso corporal, es probable que su menstruación se regule de manera natural (Escudero, 2012).
1.2 ¿En qué consiste el procedimiento?
“El tratamiento hormonal responde a la necesidad de estimular el ovario a fin de favorecer la maduración y posterior extracción de más de un ovocito por ciclo reproductivo con el fin de rentabilizar económica y clínicamente el procedimiento de obtención de óvulos” (Aviles, 2019:21). La paciente debe primero que nada firmar un documento para la protección de datos, después de esto se hace una investigación profunda para descartar enfermedades genéticas. La clínica se encargará de las pruebas necesarias para comprobar a la candidata. Posteriormente se hace una entrevista en persona a la posible donante y se le explica gráficamente qué es lo que ocurrirá en sus ovarios durante el tratamiento. De no haber dudas sobre esto se le da a firmar el consentimiento informado para proceder a la evaluación psicológica, un examen físico y ginecológico (Ivi Dona, 2016).
Una vez que la donante ha cubierto los primeros pasos, se le explica y enseña cómo se deberá llevar a cabo la medicación por sí misma para la estimulación ovárica, que consiste en inyecciones subcutáneas a un costado del ombligo, cerca de la pelvis, administrada cada 6 a 12 días. Además de acudir cada dos días a un control rutinario de la estimulación, consistente en análisis sanguíneos y ecografías transvaginales (FIV Madrid, Clìnica de Reproducciòn Asistida, 2015).
Cuando se aproxima el final de la medicación, “mediante una ecografía se verifica que se ha producido la maduración exitosa de dos o más folículos con un diámetro entre 18-20 mm; se administra la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG)23 para desencadenar la ovulación en un momento preciso que servirá para programar la extracción de ovocitos aproximadamente 35 horas después” (Escudero, 2012). El proceso quirúrgico es menor con anestesia general, dura cerca de 30 minutos y consiste en aspirar el líquido folicular de los ovarios, donde se encuentran los óvulos maduros.
Tras la punción la paciente debe permanecer en la clínica de 1 a 3 horas hasta que los efectos de la sedación hayan desaparecido. Pasado este tiempo la paciente puede irse a casa para permanecer en reposo el resto del día. Tras pasar 4-6 semanas de la cirugía, se recomienda realizar una revisión para comprobar que todo va bien y que ha llegado la menstruación (ANACER: Asociaciòn Nacional de Clìnicas de Reproducciòn Asistida., 2018).
1.3 Ganancias monetarias vs costos de la salud derivada de los efectos hormonales
Junto con España, Estados Unidos es también uno de los países que más donación de óvulos reciben, muy probablemente debido a que el incentivo financiero en ambos sitios sigue siendo una constante que llama la atención de la donante. En España por ejemplo, la legislación permite dar a la donante una compensación económica por las molestias causadas derivadas del tratamiento hormonal, por las pérdidas laborales, así como por los posibles riesgos (Ovodonante, 2016). El monto estimado en ese país va de los 800 a los 1000 Euros, apróximadamente unos 18mil a 23 mil pesos mexicanos. En Estados Unidos va de los 5,000 a 8,000 dólares por donante y en México la compensación por donación va de los 10,000 mil a los 15,000 mil pesos.
La compensación siempre será tentativamente una opción para jóvenes que sobre todo son estudiantes o de recursos limitados. Pagar a la donante por su donación no es obligatorio, se supone que las donantes lo hacen por un acto altruista de querer ayudar a otras mujeres y parejas a su vez, sin embargo, esto es realmente mínimo, pues generalmente ninguna chica quiere someterse a procedimientos que pueden traer riesgos a su salud. Es por ellos que se comprometen en su mayoría con un fin remunerado, pues los riesgos derivados de participar en este tipo de donación, puede generar síndrome de hiperestimulación ovárica y riesgos que pueden proceder de la punción, al final del día se trata de una cirugía, que aunque corta en tiempo, si no se realiza correctamente podría perforar algún ovario. Otros de los efectos secundarios son: “molestia y distensión, similar a la de un síndrome premenstrual”, “cambios de humor y sensibilidad en los senos”, “pocas molestias”, “molestias típicas de la regla” (Escudero, 2012).
Un caso conocido es el de Jessica Grace Wing, estudiante en la universidad en Stanford, California y con antecedentes saludables, tenía un físico atlético y un talento musical nato. Cuando tenía unos 25 años de edad- con el fin de solventar sus estudios- donó sus óvulos en tres ocasiones, y nacieron cinco bebés sanos. Cuatro años después de su última donación fue diagnosticada con cáncer de colón metastásico, y a pesar del tratamiento murió a los 31 años.
Su madre, la Dra. Jennifer Schneider, indicó que en su historial familiar no existían antecedentes con enfermedades cancerígenas o de otra índole severa. Lo que la hizo cuestionarse sobre la posible relación entre las tres donaciones de su hija y el nulo seguimiento, por parte de la clínica, a la salud de Jessica después de someterse a sus procedimientos. Sigue cuestionándose aún si la medicación para estimular a los ovarios pudo alterar o estimular la aparición del cáncer sobre otros órganos de su hija (Brody, 2017).
Así como Jessica, y gracias a una investigación hecha por su madre y otras personas se descubrieron, al menos cinco casos más de mujeres donantes que desarrollaron cáncer de seno. Mujeres jóvenes sin antecedentes genéticos a desarrollar dicha afección, por lo cual recomiendan a las mujeres que están dispuestas a someterse a estimulación ovárica, especialmente (Brody, 2017). Cabe recordar, que estos riesgos no son exclusivos de las donantes de óvulos, sino que se aplican a cualquier mujer que se someta a un procedimiento de extracción de ovocitos, como las mujeres usuarias de TRA en procedimientos que empleen óvulos propios (Aviles, 2019).
CONCLUSIÒN.
Podemor ver que con la naturaleza y la fertilidad se ha creado una industria creciente en los últimos tiempos. Hoy en día, por el deseo de tener hijos, las personas son capaces de hacer lo imposible por conseguirlo, aun si eso implica afectar a terceros como en el caso de las donantes de óvulos. Aunado a que al día de hoy no existe una información detallada para ellos sobre lo que existe detrás del proceso para crear al futuro neonato.
Si en países donde está ‘regulada’ jurídicamente esta práctica sigue implicando riesgo, nos hace preguntarnos ¿qué sucederá en países donde se realiza en la ilegalidad o donde se la “compensación” a la donante es mínimo? No sólo se pone en juego la salud sino la dignidad de la mujer y el futuro bebé. Se entiende que en su mayoría la mujer actúa por necesidad, se hace fácil porque realmente a grandes rasgos parece algo sencillo, pero no se les explica completamente las consecuencias, y cuando se hace, no alcanzan a dimensionar el costo que pagan sus cuerpos por prestarse a donar sus óvulos.
La industria de la fertilidad seguirá avanzando sin dar prioridad a las consecuencias médicas para sus pacientes o donantes, sin legislar correctamente lo que se hace, ni mucho menos cuestionarse sobre si es realmente ética la manipulación que se da para con la fertilidad humana. La vida no debería ser algo negociable, algo que puedas obtener comprándolo y poniendo en riesgo a las personas. Por muchos cuidados y protocolos que se lleven, es antinatural pretender manipular la vida en laboratorios, quizá suena egoísta, pero la naturaleza es sabia y a la industria le conviene mantenernos ‘insanos’ para buscar soluciones a todo lo que nos acontece para crear así su industria biológica.
Referencias bibliográficas
ANACER: Asociaciòn Nacional de Clìnicas de Reproducciòn Asistida. (11 de oct de 2018). ¿En què consiste la estimulaciòn folicular y punciòn ovàrica? (Video). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=RvI2RiIVjXw
Aviles, B. y. (2019). La donaciòn de òvulos en la resproducciòn asistida: riesgos y responsabilidad. IUS ET SCIENTIA, 5(2), 11-54. Recuperado el 8 de agosto de 2021, de file:///C:/Users/Pia/Downloads/13336-Texto%20del%20art%C3%ADculo-45645-1-10- 20200126.pdf
Brody, J. (30 de Julio de 2017). Los riesgos a largo plazo de la donaciòn de òvulos. Obtenido de Ciudad Digna: https://ciudaddigna.org/2017/07/los-riesgos-largo.plazo-la-donacion.ovulos/
Escudero, L. (2012). Estimulaciòn ovàrica en reproducciòn asitida. Revista Peruana de Ginecologìa y Obstetricia. Obtenido de http://www.scielo.org.pe/scielo.phpscript=sci_arttext&pid=S2304- 51322012000300006
FIV Madrid, Clìnica de Reproducciòn Asistida. (22 de oct de 2015). La punciòn ovàrica en la fecundaciòn
In Vitro (video). Youtube, Madrid, https://www.youtube.com/watch?v=GELV6bM9FRA
España. Obtenido de
Ivi Dona. (22 de nov de 2016). Explicaciòn del proceso de donaciòn de òvulos (Video). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=yBezntshaC0
Ovodonante. (18 de oct de 2016). Donar ovulos paso a paso, cuànto se paga (Video). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=bOmRCqox18g
Pantaleon, F. (S.N.). Contra la ley sobre tècnicas de reproducciòn asistida. Obtenido de Dialnet:file:///C:/Users/Pia/Downloads/DialnetContraLaLeySobreTecnicasDeReproduccionAsistida-2531004.pdf