Hoy, 6 de febrero de 2013, y como cada año consecutivo, la Organización de las Naciones Unidas impone la celebración del día Mundial de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina (MGF), bajo la coordinación directa de la Unión Africana y el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), así como UNICEF. Otro de estos organismos internacionales, calcula de manera alarmante que aproximadamente unas 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la MGF. De estos casos, se calcula que en África hay 92 millones de mujeres y niñas de más de 10 años que han sido objeto de MGF (Organización Mundial de la Salud, 2013). Por supuesto, las causas más notorias de dicha práctica – y por ende de su oposición – tienen que ver directamente con la salud. La MGF provoca infertilidad, infecciones crónicas, relaciones sexuales dolorosas, y provoca complicaciones durante el embarazo y el parto, que en algunas ocasiones pueden llevar a la muerte tanto de la mujer como del neonato (Organización de las Naciones Unidas, 2013).
Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y actual Directora Ejecutiva de UN Women, afirmó hace dos días que “los líderes de todos los niveles, desde gobiernos nacionales hasta locales, incluyendo a las comunidades y los líderes religiosos, los medios, los médicos profesionales y las familias son la clave para terminar con la MGF” (UN Women, 2013). Sin embargo, ¿La clásica idea de la formación del consenso es más que suficiente para lograrlo? ¿Se agota aquí toda la propuesta política en contra de una práctica que, más allá de derechos específicos, lacera la vida de manera directa y cotidiana, es decir, de manera material, de las mujeres?
Quiero detenerme en este punto, ya que parece ser sumamente importante. La materialidad de las prácticas se inscribe ya desde siempre en una forma que le brinde sus condiciones de posibilidad. Esta forma, y su dinámica propia, es lo que se conoce ya de manera formal con el nombre de estructuras de poder y autoridad. El punto aquí es el mismo que ya ha sido reconocido y recalcado durante un tiempo bastante considerable: la práctica de la MGF puede ser considerada como un efecto de la forma general de la dominación masculina. Sin embargo, ¿podemos agregar algo más a esto? Me parece que sí. Lo que podemos agregar se encuentra precisamente en recalcar de manera excesiva la cuestión de la materialidad de los procesos de dominación, que hoy por hoy logra una asimilación-transformación de los cuerpos de las mujeres, literalmente.
“El trabajo de construcción simbólico no se reduce a una operación estrictamente performativa de motivación que orienta y estructura las representaciones, comenzando por las representaciones del cuerpo (lo que no es poca cosa); se completa y se realiza en una transformación profunda y duradera de los cuerpos […], o sea, en y a través de un trabajo de construcción práctico que impone una definición diferenciada de los usos legítimos del cuerpo, sexuales sobre todo, que tiende a excluir del universo de lo sensible y de lo factible todo lo que marca la pertenencia al otro sexo – y en particular todas las virtualidades biológicamente inscritas en el “perverso polimorfo” que es, de creer a Freud, cualquier niño –, para producir ese artefacto social llamado un hombre viril o una mujer femenina” (Bourdieu, 2007, pág. 37). Esta práctica, que podemos denominar de manera provisional como “simbólica”, no parece depender directamente de un emprendimiento consensual – es decir, de la toma de conciencia y su correlativa voluntad política – que tenga como objetivo erradicar la práctica de la MGF. Su inscripción en el inconsciente de la vida cultural de muchas sociedades requiere una transformación mucho más profunda de sus propias estructuras.
Bibliografía
Bourdieu, P. (2007). La Dominación Masculina. (J. Jordá, Trad.) Barcelona: Anagrama.
Organización de las Naciones Unidas. (2013, Febrero 6). Centro de Noticias ONU. Fecha de consulta: Febrero 6, 2013, de ONU: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?newsID=22643#.URKPNqXlCQc
Organización Mundial de la Salud. (2013). Mutilación Genital Femenina. Fecha de consulta: Febrero 6, 2013, de Organización Mundial de la Salud: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs241/es/index.html
UN Women. (2013, Febrero 4). Message of Michelle Bachelet for the International Day for Zero Tolerance of Female Genital Mutilation. Fecha de consulta Febrero 6, 2013, de United Nations Entity for Gender Equality and the Empowerment of Women: http://www.unwomen.org/2013/02/message-of-michelle-bachelet-for-international-day-for-zero-tolerance-of-fgm/