El pasado viernes 4 de mayo, Rodrigo Guerra López, Director del CISAV, participó como miembro del Comité científico de las VIII Jornadas de la Asociación Española de Personalismo «Bioética personalista: fundamentación, práctica, perspectivas» en la Universidad Católica de Valencia.
Expuso el tema Bioética y Racionalidad: El personalismo al servicio de la ampliación del horizonte de la razón en la fundamentación de la bioética, en esta ponencia argumentó que a diferencia de las escuelas filosóficas particulares, el personalismo, no se encuentra asociado a un conjunto de fórmulas que expresan un canon de ortodoxia filosófica sino que tiene como principal objetivo el compromiso activo, solidario y permanente con las personas, en especial con las más débiles.
Durante la Conferencia propuso una hipótesis: el personalismo no sólo ofrece un valioso aporte a los interesados en la bioética que les permite contrastarse con otras escuelas y corrientes, sino que por sus características ético-antropológicas puede colaborar a ampliar el horizonte de la razón, es decir, puede ayudar tanto a nivel especulativo como en el ámbito de la cultura, a la deconstrucción de los modos de racionalidad que desde diversas premisas se han desarrollado a lo largo de los últimos siglos y que a pesar de sus diferencias coinciden en poseer un carácter marcadamente postmetafísico.
Comentó también que la bioética personalista es en la actualidad una de las corrientes de fundamentación y práctica bioética más importantes del mundo que ofrece una lucha cultural a favor de la dignidad de la vida humana. Cuando la bioética personalista asimila con profundidad la distinción entre determinar el fin último de la acción humana y obtener una justificación última de las normas de esta, se produce un efecto del todo saludable: se le muestra a propios y a extraños que todos estamos igualmente obligados a respetar los preceptos de la ley natural independientemente de que aceptemos o no aceptemos la existencia de Dios.
A modo de conclusión de la ponencia mencionó que el personalismo se encuentra al servicio de la ampliación del horizonte de la razón al momento de fundamentar la bioética. Este servicio no es menor. La razón arrogante típica de la modernidad ilustrada ha cedido en muchos ambientes a una razón exhausta que ya no desea preguntar, investigar y descubrir esencias sino que se conforma con describir y articular equilibrios de poder entre diversas cosmovisiones. Este tipo de racionalidad debilitada es sumamente susceptible de tornarse violenta, despótica, asesina. Desde este punto de vista, la misión de la bioética personalista es fundamental para contribuir a la supervivencia de nuestras sociedades y para la auténtica promoción del bien común.
Consulta el texto completo de la ponencia: Bioética y racionalidad.