Calidad de vida entorno al agua

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Por Andrea Munguía Sánchez.

 

El 5 de junio pasado se conmemoró el día internacional del medio ambiente y tres días después, el día internacional de los océanos. Precisamente el 8 de junio se publicó un mensaje del papa Francisco, como respuesta a Federico Zamora Cordero -Embajador de Costa Rica ante la Santa Sede- a la invitación de participar en el Evento de Alto Nivel sobre Acción Climática “Inmersos en el cambio”, que se llevó a cabo los días 7 y 8 de junio en Costa Rica, como antesala de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano, que tendrá lugar en Niza el próximo año.

El papa agradeció la invitación y señaló la importancia del agua en la vida de los hombres; “ningún proceso, ni siquiera social, puede subsistir sin ella” (Francisco, 2024). Así mismo exhortó a un cambio radical, que valore su utilidad en la seguridad alimentaria (…), en la regulación del clima, que luche contra la contaminación; buscando preservar -del agua- su pureza y dejándola como legado para las siguientes generaciones (Francisco, 2024).

Dado que no es la primera vez que el papa se posiciona y nos exhorta ante la urgencia de un cambio completo de pensamiento y hábitos para la preservación de este mundo, que se nos donado con la condición de cuidarlo y que mis últimas publicaciones en este blog han sido sobre el tema medioambiental, me gustaría retomar en las siguientes líneas las palabras del papa y hablar del vínculo existente entre el agua y la calidad de vida de las personas. No sólo como un recurso del que podemos disponer (ni reducirlo a la calidad con la que llega a nuestros hogares), sino como el medio que tiene el ser humano para relacionarse con el entorno, con los demás seres vivos, y con otras personas. Para fines de este texto, entendemos por calidad de vida un estado de satisfacción general, con aspectos objetivos y subjetivos, sobre el bienestar físico, psicológico y social; con aspectos objetivos respecto al bienestar material, el medio físico, social, con la comunidad y la salud percibida [así como del medio ambiente] (Ardilla, 2023).

 

Relación con el agua

Aunque la forma en que la vida de las personas se relaciona con el agua es más evidente en las zonas costeras [con grandes ríos, lagos y lagunas] (Galindo, 2018) ,en zonas urbanizadas ésta también interactúa con diversas actividades humanas: en el hogar, la escuela, los espacios culturales, entre otros (Munguía, 2021).  La relación que con ella formemos, se definirá en gran medida por la manera en la que convivimos y en cómo la imaginamos (Galindo, 2018): ya sea como elemento fundamental para nuestra existencia y la de la biodiversidad, como materia prima para la elaboración de productos, como fundamento para garantizar otros derechos (como la seguridad alimentaria, la salud, el derecho a un medioambiente sano); como medio para alcanzar un desarrollo humano integral o como un cuerpo destructor (cuando su presencia resulta en una catástrofe o, aunque disponible en cantidad, en calidad no es apta para su consumo), y factores como la cultura, la historia, la educación, la experiencia y el ingreso, ayudarán a comprender la percepción y el valor que diversos grupos humanos le dan al agua (ONU, 2021,p. 52).

Históricamente, el desarrollo de  grandes civilizaciones se dio gracias a su cercanía o esteblecimiento en zonas de abundante agua. La relación que con ella formaron se volvió sagrada y en el discurso se presentaba como una entidad o divinidad.  Con el paso de los años, el crecimiento de las ciudades y zonas industriales, las reservas hídricas han quedado encápsuladas en grandes extensiones de concreto. Alfredo Marcos (2020) denomina a este proceso como “inversión de la relación  naturaleza-sociedad”, pues no sólo ocurre con el agua; en buena medida sucede también con lo que nos queda de biodiversidad. La naturaleza, que antes nos acogía y nos brindaba lo justo para saciar nuestras necesidades elementales, ha quedado reducida a espacios de explotación; sin que se respeten sus ciclos naturales, contaminándola, sobreexplotándola y privando a otras especies de beneficiarse con ella.

La escasez del agua y la mala calidad con la que llega en algunos hogares del país, es justo el resultado de años de interacción y gestión negativas para con la misma. Por ejemplo, los residuos contenidos encontrados en los ríos  son un buen indicador de consumo de los habitantes de las poblaciones cercanas (Valls-Llobet, 2018:196), que contaminan el agua. El principal problema son las descargas de aguas residuales , ya sea de origen doméstico, [hospitalario], industrial, agrícola o ganadero (…) que son vertidas sin tratamiento previo (IMCO, 2023). Otro problema es la acumulación de plásticos, medicamentos, productos de cuidados domésticos o derivados de la misma desinfección del agua (Valls-Llobet, 2018:196). En México, aproximadamente el 59% del agua superficial se encuentra contaminada (Rodríguez, 2022), lo que reduce su disponibilidad y calidad, pues aunque potable, cuando llega a los hogares no siempre es posible consumirla (Domínguez en Rodríguez, 2022), ni siquiera cuando ésta proviene del subsuelo (también sobreexplotado), ya que puede contraer arsénico, plomo, metales pesados y fluoruros.

Lo anterior amenaza la salud de las personas, el agua contaminada puede acarrear enfermedades diarréicas, hepatitis A, tifoidea, poliomielitis, infecciones urinarias y cutáneas, entre otras, que podrían evitarse con una adecuada gestión y saneamiento del líquido vital. Es importante señalar que los hospitales también ven amenazadas sus actividades, pues el uso de agua potable es insdispensable para el saneamiento de pacientes y personal, así como el de las instalaciones y la preparación de alimentos.

El tiempo de recuperación para una persona con hepatitis es de incluso semanas, pero en un ambiente donde se vive en constante exposición con aguas contaminadas, que ponen en peligro las bases biológicas de nuestra propia existencia(Delgado, 2000, p. 106) son posibles las recaídas e incluso nuevas infecciones. Con ello se limita el derecho a un medioambiente sano, un desarrollo integral y el acceso a sistemas de salud adecuados.  Cabe señalar que la salud no es lo único mermado por la mala calidad y contaminación del agua, pues la sensación de no sentirse sano tiene implicaciones más allá de lo físico, decrece también la capacidad de disfrute y satisfacción (Delgado, 2000, p.106). Por ende, la persona ve disminuida su calidad de vida.

 

Agua y pueblos indígenas

Ciertamente podríamos dedicarle todo el texto a los efectos en la calidad de vida relacionada a la salud de las personas, que provoca la relación negativa que hemos tenido con el agua en las últimas décadas. Sin embargo, es importante reconocer que el agua también tiene un valor sociocultural en el territorio mexicano, que está asociado a la cosmovisión y percepciones sobre el mundo y la naturaleza (Portilla, 1992 mencionado en WBD…); mismas que se ven alteradas por la escasez actual. El agua, que anteriormente no podía ser apropiada para el beneficio individual (¿) era concebida como multiforme y omnisciente (¿), por lo que son muchas las festividades y ceremonias de origen indígena que hasta la fecha persisten en sincretismo religioso, para solicitar su presencia o para que no llegue el momento en que ésta nos falte.

En algunas regiones indígenas en el país, además de garantizar el derecho al agua, existe un compromiso tanto a nivel individual como colectivo en actividades relacionadas a su cuidado y conservación (¿, p. 72). El llamado ecologismo de los pueblos mantiene el compromiso de proteger el agua (Romero, 2022) y los ha impulsado a elaborar estrategias de autogestión para su uso y aprovechamiento (¿,p. 70), con actividades como la limpieza de manantiales. Por desgracia, muchos de estos pueblos también se han visto amenazados por la tendencia a privatizar este recurso (LS, 30) y se encuentran en conflicto con empresas, proyectos extractivistas o hasta con el mismo gobierno por la gestión del agua. Lamentablemente en México,  velar por alguna causa ambiental atenta contra la vida misma. No es en vano la reflexión del papa en Laudato si’  y en Querida Amazonía sobre la deuda social que todos tenemos con los pueblos indígenas, quienes con seguridad contaminan menos que las empresas que llegan a establecerse en sus territorios, que saquean su agua y contaminan sus tierras, e incluso que los que vivimos en grandes ciudades; pero que siguen llevando -por imposición- la carga completa de cuidar la naturaleza y al agua para mejorar/mantener su calidad de vida:

“En este contexto, los pueblos indígenas […] expresan la auténtica calidad de vida como un “buen vivir” que implica una armonía personal, familiar, comunitaria y cósmica, y que se expresa en su modo comunitario de pensar la existencia […], así como en el cuidado responsable de la naturaleza que preserva los recursos para las siguientes generaciones.  (Francisco, 2020)

En un país vulnerable a la sequía, como lo es México, la gestión no sustentable del agua   pone en riesgo la calidad de vida comunitaria. La indiferencia e incumplimiento sistémicos[1] que viven los pueblos indígenas es señal de que se está ignorando el clamor de la naturaleza y el  de los pobres. Que pronto, de acuerdo a Ramanathan, será el clamor de todos (Mary Reis, s.f.)

Otro clamor también ignorado son las niñas y las mujeres. Al día de hoy ellas mantienen un papel importante en festividades alrededor del agua y en actividades para su cuidado y disponibilidad, pero se ven concretamente más afectadas por la actual escasez, ya sea porque deben recorrer distancias cada vez más alejadas por un poco de agua -exponiéndose a todo tipo de peligro- o porque son las que deben esperar a que llegue por tandeo o por pipa a sus hogares.

En definitiva, la calidad de vida se ve afectada pues una actividad como “acarrear” agua puede llegar a demandar hasta 200 millones de horas al año, que deben restarse a otras  áreas como la escuela, el trabajo, la casa y el ocio (Arrojo, s.f)

 

Éxodo de fauna silvestre

No menos importante que la relación que tenemos los seres humanos  con el agua es  que la que tienen otras especies con ella.  Las recientes olas de calor registradas en los últimos años han provocado que al norte del país se incrementaran los avistamientos de osos rondando los jardínes de las casas en busca de agua y alimento, o cocodrilos migrando cada vez más cerca de las personas  porque su laguna de origen está completamente seca. Al sur, son los jaguares, y cómo olvidar la reciente pérdida de decenas de monos aulladores en Chiapas y Tabasco, que han muerto por golpe de calor.  Estas perdidas se suman a las especies que han desaparecido a causa del cambio climático, la caza y el crecimiento urbano.

En Querida Amazonía, el papa nos pide –

No podemos desviar la vista a esta situación, sean especies en riesgo de extinción o no. Todo lo que está en este planeta, lo está por una razón, ayudan al equilibrio ecológico y tiene un valor en sí mismo.

La degradación constante de reservas hídricas no sólo ha provocado la disminución de especies . Se ven afectadas también  diversas formas de alimentación y de cualidades específicas  que cada especie puede brindar a la humanidad. Con ello se reducen las  oportunidades laborales y de ingreso económico en familias que durante generaciones  se han dedicado a la pesca o al ganado. Ya sea porque se han secado los ríos y lagunas, o porque no hay agua con que hidratar/alimentar a los animales.

 

Conclusiones

Es posible que la relación de la calidad de vida entorno el agua sea más evidente cuando el o los impactos están relacionados directamente con nuestra salud; de hecho, recientes publicaciones exponen una incremento entre la ansiedad, el estrés y el mahumor como consecuencia de la crisis climática, en la que se incluye la crisis hídrica; a la vez que estos diagnósticos pueden presentarse también cuando se ha sido víctima de un evento traumático, relacionado a un desastre natural con el agua, como lo es un tsunami o una inundación.

Sin embargo, pensando en el agua como elemento fundamental para la vida y de casi todas las actividades que realizamos y los productos que adquirimos, debemos pensar en los efectos secundarios de la crisis hídrica que pueden mermar nuestra calidad de vida. Como por ejemplo, la acidificación de los océanos y ríos provoca disminución de fauna marina, como consecuencia, quien se gana la vida con actividades como la pesca verán dificultades para seguir viviendo de ella. Disminuyendo su ingreso económico, que tendrá impacto en el bienestar de la familia y si nos extendemos, quizá de la región.

Para tratar de remediarlo, hay quien le apuesta todo a la educación ambiental. Sin embargo, no podemos saltarnos los principios de preacución y prevención, así como el de responsbilidad, sobre todo para proyectos de extracción como lo son las refresqueras, las empresas de litio, las inmobiliarias, entre tantas otras de las que ya se tiene registro del daño y la contaminación que han generado en el agua de diversas regiones.

 

 

[1] Animal político https://www.animalpolitico.com/estados/comunidades-indigenas-apoyos-china-acceso-agua-abandono-gobierno?rtbref=rtb_qewsec4xewtcmwfhjtuw_1713864312931

 


 

Referencias

Ardila, R. (2033). “Calidad de vida: una definición integradora”. Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 35, núm. 2, 2003, pp. 161-164 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia https://www.redalyc.org/pdf/805/80535203.pdf

Arrojo, P. (s.f). “Derechos humanos de los pueblos indígenas al agua potable y al saneamiento: estado de la cuestión y enseñanzas de las cutluras ancestrales”. [Informe de Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento] A/HRC/51/24. https://acortar.link/8xjsel

Fracisco. (2015). Carta Encíclica Laudato si’. https://acortar.link/hYjGq

Fracisco. (2020) . Exhortación Apostólica Postsinodal. Querida Amazonía. https://lc.cx/cFh4NK

Fraciaco. (2024, junio 8). Mensaje del Santo Padre Francisco con motivo del evento «Inmersos en el cambio. https://goo.su/etiszC

Galindo, M. (2019). “Viviendo con el mar: inestabilidad litoral y territorios en movimiento en La Barra, Pacífico colombiano”. Revista Mexicana de Antropología Vol. 25. Pp. 25-57. https://revistas.icanh.gov.co/index.php/rca/issue/view/41

Instituto Mexicano para la Competitividad. (2023). Situación del agua en México [Diagnóstico]. https://goo.su/ruEj0G

Mary Reis, B. (s.f). “La tierra que sufre es el grito de los pobres y será el grito de todos”. Vatican News. https://acortar.link/1lMThY

ONU. (2021). Making peace with nature. ONU. https://goo.su/CdICx

Rodríguez, I. (2022). “Contaminada, 59.1% del agua superficial en México”. El Economista. https://goo.su/LWJy7i1

Romero, R. (2022, marzo 31). “La Caravana por el agua y el ecologismo de los pueblos”. La Jornada. https://www.jornada.com.mx/notas/2022/03/31/politica/la-caravana-por-el-agua-y-el-ecologismo-de-los-pueblos/