En el primer artículo de la serie mencionamos que una prueba importante para demostrar que el embrión humano ya es un individuo de nuestra especie, es la presencia de un genoma completo, desarrollado y sumamente estable desde el cigoto. Pero además del genoma, hay otros elementos que muestran la personalidad del embrión. En este artículo analizaremos otros dos argumentos: a) que el cigoto tiene un cuerpo bien definido, y b) que el comportamiento de este embrión unicelular es específico de un organismo y no una simple célula.
Elementos corporales del embrión humano. Desde que se forma el cigoto, éste tiene una clara anatomía: ya se puede saber con claridad de dónde aparecerá la región anterior y la región posterior del embrión en formación. Esto se ha demostrado en experimentos en cigotos de ratón: el sitio de entrada del espermatozoide en el cigoto creará una corriente celular de calcio que formará los polos del cigoto: dependiendo de este punto se definirá donde está la región cefálica y caudal (cabeza y cola) y la región anterior y posterior del nuevo embrión. Posteriormente, también se ha demostrado que cuando se da la primera división celular, las dos células hijas ya tienen programado cuál será su destino: una de ellas formará el cuerpo del embrión, mientras que la otra formará la placenta.
Todo esto demuestra que desde el primer momento el cigoto tiene ya su corporalidad anatómica: estamos ante un organismo con un cuerpo bien definido y no una simple célula. Otro elemento más a favor de la persona humana en nuestros embriones.
El embrión, un organismo completo. Uno de los argumentos más utilizados contra la consideración de que el cigoto es un individuo humano es afirmar que se trata de “una simple célula” o en su caso un “montón de células”. Y visto fríamente así es, los embriones tempranos son sólo una célula o un grupo de ellas, pero indudablemente esta célula o grupo de ellas tienen características muy especiales: principalmente que se comportan como un organismo y no como células comunes y corrientes.
Por un lado es fácil comprender que existen organismos unicelulares: por ejemplo todas las bacterias y otros organismos como los protozoarios son unicelulares. Es verdad de perogrullo que estos organismos son individuos de su especie, con capacidad de vivir independientemente, reproducirse, mantener un metabolismo y homeostasis propia, etc. Del mismo modo el cigoto, embrión unicelular ya tiene todas estas características: independencia, capacidad de reproducirse y mantener su propia homeostasis, etc., pero aunque todas estas características lo comienzan a definir como un organismo también son características de células y tejidos. Quizás lo que más se ha cuestionado es su independencia, pero aún el embrión durante sus primeros días puede crecer in vitro (esto es en una probeta con un simple caldo de cultivo) y posteriormente puede crecer en un útero distinto al de su propia madre, como se puede ver en los ensayos de fertilización in vitro, lo que demuestra su independencia.
El cigoto tiene además otra característica que sólo éste puede lograr y que lo hace ser más que una célula única: su capacidad y orientación (teleología dicen los académicos) de formar una persona completa a partir de esa sola célula. Ninguna otra célula del organismo tiene esa capacidad de desarrollar a un nuevo individuo: los gametos masculino –espermatozoide- y femenino –óvulo- lo conseguirán sólo si se unen dos de ellos para formar precisamente un cigoto. Inclusive se han hecho experimentos en animales donde se demuestra que se pueden unir dos gametos masculinos o dos femeninos entre sí y producir algo parecido a un cigoto, pero éste no es viable. En el primer caso este se transformará en un androgenote, que es un embrión sin placenta y que morirá a los pocos días, y cuando se unen dos óvulos se formará un partenonte que sólo puede formar un tumor trofoblástico (de células placentarias). En el caso de la clonación se logra un cigoto por otra vía distinta a la unión óvulo-espermatozoide, pero sólo al cambiar el núcleo de una célula común, epitelial por ejemplo, dentro de un óvulo enucleado, lo que forma finalmente un cigoto.
Pero entonces ¿cuál es la principal diferencia entre una célula común y corriente y el cigoto?, la diferencia está en su epigenética: ésta se refiere al modo como se regula la expresión de los genes. Dicho de otro modo: la diferencia entre una célula que sólo puede producir otras células y una que puede dar un individuo completo está en su epigenética, la regulación de genes entre uno y otro es completamente distinta, en un caso la epigenética está orientada a formar células mientras que en el otro está orientada a formar un embrión y un individuo completo.
Por esto es incorrecto afirmar que el embrión es un ser humano en potencia, por el contrario, el embrión es ya un ser humano, en formación pero en el momento más importante de su formación. Es más si el embrión no fuera ya un ser humano, nunca lo sería.