El Desarrollo Humano es una mirada del futuro que
se alimenta de una reflexión sobre el presente.
Y el presente empieza con acciones a favor de la igualdad
de género.
Thierry Lemaresquier
“Cultura de Equidad” Talleres del Instituto Municipal de Equidad de Género
Como parte de la implementación del Modelo de Equidad en el gobierno municipal el Instituto de Equidad de Género invitó a Diana Ibarra, nuestra directora de la División de Estudios de Género y Familia, a dar una serie de conferencias para sensibilizar a los funcionarios públicos en relación a temas de género.
La conferencia inició con una explicación sobre el objetivo de estos dado por la directora del Instituto Cristina Morales Domínguez seguida de unas palabras del Secretario de Desarrollo, Tonatiuh Cervantes Curiel, quien remarcó la importancia de hablar sobre temas de género y los logros que ya se han conseguido.
El título de la conferencia fue: Equidad de Género, la mejor opción para el Crecimiento Social, la cuál comenzó con una serie de cuestionamientos para los asistentes ¿realmente hay equidad de género? ¿existe justicia en el trato hacia hombres y hacia mujeres? ¿es necesario seguir hablando de género? La conferencia demostró que a pesar de que las mujeres ya pueden: votar, trabajar, estudiar, participar más en la vida pública todavía existe mucho más que replantear y trabajar, por ejemplo en México el 70% de la población en pobreza son mujeres, son mujeres las que trabajan el 80% de la tierra y que, con educación, podrían incrementar su productividad en un 22% si tuvieran la misma educación que los campesinos, son mujeres las que son dueñas de sólo el 1%; el 43% de ellas pide permiso para salir de noche, el 33% para salir de día, el 7.7% pide permiso para votar por un candidato, el casi 40% de mujeres que quieren trabajar deben hacerlo en “labores de mujeres”, un año de educación en las madres eleva el de 5 a 10% la esperanza de vida en los niños menores a 5 años, y las cifras siguen, los números siempre han sido fríos, pero estos son el reflejo de un sociedad congelada.
El punto de partida es la plataforma de Beijing 95, que declara que no es un asunto de justicia social, derechos y desarrollo humano que compete sólo a las mujeres, es una labor de ambos: hombres y mujeres, involucrados en una participación activa y en la toma de decisiones. Para lograr esto hay que definir al género como una construcción sociocultural en un tiempo y un espacio determinados, una construcción presente en reglas, prácticas, símbolos, valores y representaciones, las cuáles deben ser: repensadas, reconfiguradas y resignificadas para acompañar un verdadero cambio de estructuras.
Actuar con justicia y equidad, juntos para que funcionen, no sólo es dar a cada quien lo que le corresponde, es pensar en que no somos iguales pero merecemos las mismas oportunidades y las mismas circunstancias de acción. Entendiendo que la perspectiva de género no es un ingrediente final a la planeación, es una constante en ésta, en el hacer, en el presupuestar y en el pensar.