El pasado jueves, 13 de junio de 2013, la Suprema Corte de Justicia Norteamericana, dio un fallo de manera unánime que prohíbe la patente de genes humanos, en especial los obtenidos de forma natural. La Suprema Corte discutió el caso los genes relacionados con el cáncer de mama, los genes BRCA1 y BRCA2, llamados así como abreviatura de BReast CAncer.
Desde los años noventas se sabe que algunas mutaciones en estos dos genes incrementan la posibilidad de cáncer de mama de tres a siete veces y también incrementan de manera importante el cáncer de ovario.
El tema de la patente de genes se venía discutiendo desde hace varias décadas. De hecho, la compañía Myriad Genetics Inc tenía patentados genes desde los años noventas, poco después de que se descubrieron estos genes. Esta compañía aisló el gen en el año 1994 y obtuvo una patente que le daba el uso exclusivo de los genes BRCA1 y 2.
La decisión de la Suprema Corte llega en buen momento. Esa patente prohibía a cualquier otro laboratorio realizar investigación o diagnóstico sin permiso, y consiguiente pago de regalías para Myriad Genetics. La patente retrasó el avance de la investigación en este gen y específicamente en cáncer de mama. Pero el problema no es exclusivo de ese gen, si la Corte hubiera decidido a favor de la compañía, todos los genes serían objeto de patentes, lo cual retrasaría su investigación y posible terapia de muchos otros genes.
El Juez Thomas de la Corte, explicó: «Sostenemos que un segmento de ADN producido naturalmente es un producto de la naturaleza y que no puede ser patentado sólo por el hecho de haberlo aislado.» En ese sentido los jueces están de acuerdo que lo natural no se puede patentar. Por ejemplo, no se puede patentar el oro, pero sí se puede patentar un método nuevo para purificar oro.
Muchas compañías tienen patentes llamadas “submarinas” de genes, Tienen una patente en trámite, hasta el momento en que se descubra alguna aplicación del gen, entonces terminarían de tramitar la patente para prohibir su uso y quedarse ellos con la exclusiva.
Esta decisión termina con este problema de las patentes “submarinas” así como las posibles patentes de los más de treinta mil genes humanos conocidos. Podrán patentar variantes de genes inventados por alguna compañía, pero no los genes en su estado natural.
El caso de Angelina Jolie. Recientemente, esta actriz dio a conocer que se había sometido a una mastectomía doble por tener ella mutado uno de los genes asociado al cáncer de mama. El caso de mastectomía como prevención de cáncer es un problema bioético conocido desde el descubrimiento de los genes BRCA. Concretamente 80% de mujeres con algunas mutantes de BRCA1 tendrán cáncer de mama a los 90 años de edad y 50% de cáncer de ovario.
Desgraciadamente para las pacientes con mutaciones en estos genes, no existe ningún método de prevención segura de cáncer de mama fuera de la mastectomía o la ovoforectomía (extirpación de seno o de ovarios). Esto pone a la paciente en un auténtico dilema: o realiza la mastectomía o tiene 90% de posibilidades de padecer cáncer de mama en algún momento de su vida.
La decisión de realizar o no la mastectomía se deja a la paciente, y desde los años noventas se ha visto que la mayoría de las mujeres prefieren reducir la posibilidad de cáncer por medio de una mastectomía, a tener cáncer de seno y de todos modos requerir esa cirugía.
Aunque desde el punto de vista ético la solución de realizar mastectomía preventiva es correcta, el tratamiento es muy drástico. Urge el descubrimiento de nuevas terapias menos agresivas y mutilantes.
La decisión de la Corte Norteamericana se recibió con mucho gusto en los medios científicos y bioéticos, y pone un freno a la industria farmacéutica que ha venido enriqueciéndose en base a la explotación de pacientes. Indudablemente esta solución ayudará al avance en la investigación de nuevas terapias que buscan tratamientos más humanos para esta enfermedad.
Puede encontrar mayor información en la página: http://www.breastcancer.org/symptoms/testing/genetic/pos_results