Por Cristóbal Barreto.
La Cumbre de las Américas, celebrada entre el 8 y el 10 de junio en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, fue más conocida por la polémica previa al evento y la cita a los no invitados que por el contenido y los acuerdos, y mucho menos por los riesgos a las libertades políticas por el asedio a la democracia. Algunos de los presidentes, jefes de Estado o sus representantes abogaron más por los políticos no invitados que por los pueblos que representan aquéllos y los propios. El encuentro pareció más una defensa de regímenes políticos autoritarios que de los pueblos que gobiernan y lo que éstos padecen a manos de sus gobernantes.
Desde el discurso inaugural el presidente norteamericano ubicó los grandes retos que enfrenta el continente: migración, pobreza, desigualdad, afectación climática, crisis económica y riesgos antidemocráticos[i]. Problemas que de una u otra forman afectan en lo particular a cada nación. La migración como receptores o expulsores, la pobreza y la desigualdad como consecuencia de una concepción de la “economía de chorro” que no ha funcionado, la afectación climática como sequías o inundaciones por una “economía carbonizada”, crisis económica como resultado de la pandemia a la que se sobrepuso la invasión de Rusia a Ucrania y los asedios a la democracia por líderes con apetito de poder.
Las libertades democráticas están en riesgo, tanto en el continente americano como en el resto del mundo, por la ambición de líderes carismáticos o neopopulistas que buscan el poder mediante vía democrática, pero que una vez en el cargo la van minando con la idea de consolidar el suyo a costa de las libertades de los ciudadanos. Lo experimentó Estados Unidos con el gobierno de Donald Trump, Bolivia con Evo Morales y Venezuela con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro, y en la actualidad Nicaragua con Daniel Ortega, El Salvador con Nayib Bukele y Brasil con Jair Bolsonaro. Cada uno de estos presidentes hizo o está haciendo lo propio para lograr más de un período de gobierno, bajo las reglas democráticas o pasando por encima de ellas.
Estos personajes surgen y son producto de una sociedad insatisfecha con la democracia[ii] y en los que amplios sectores de la población están de acuerdo con gobernantes autoritarios, si estos les traen prosperidad que los gobiernos democráticos no les han dado. Estos ciudadanos generalmente creen en los políticos que les ofrecen soluciones rápidas, sencillas e inmediatas a problemas complejos, sin cobrar conciencia que dicha oferta no es fácil de cumplirse y, peor aún, expresan disposición a sacrificar parte de sus derechos y libertades.
En la Cumbre de las Américas se hizo patente esta preocupación, el riesgo que corre democracia a manos de políticos carismáticos y neopopulistas, que se identifican entre ellos y se defienden unos a otros. Dichos líderes están minando las instituciones que hacen contrapeso al gobierno, limitan libertades y violan derechos humanos en la idea de hacerse de más poder al que les otorgan las leyes vigentes al momento de su asunción al cargo[iii].
Desafortunadamente este llamado tuvo poco eco, puesto que la temática se centró mayormente en hacer patente que los autoritarios tienen los mismos derechos que quienes se rigen bajo el régimen de las libertades consideradas en la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos. Se defendió el derecho a participar de los no invitados antes que reconocer y exigir que estos excluidos respeten lo establecido en la citada Carta, para que sean considerados en estas convocatorias.
La mencionada Carta Democrática señala la necesidad de que los Estados miembros respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales el acceso al poder y sujeción ha de realizarse bajo sujeción al estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres y justas y la separación de los poderes públicos (Artículo 3º); las libertades de expresión y de prensa (Artículo 4º); la intención de fortalecer el sistema interamericano de protección de los derechos humanos para la consolidación de la democracia (Artículo 8º).
Los gobernantes o representantes que abogaron por la asistencia de los excluidos tampoco cumplen con estas consideraciones citadas líneas atrás, como México o Argentina, porque practican cuando menos presión a la prensa, intención de minar las instituciones autónomas y de incidir en los otros poderes del Estado en de sus intereses.
De lo que sí se abordó y poco se habló, son los compromisos que establecieron los gobiernos de Colombia y de Perú para la protección de la Amazonía, en la lucha contra la tala y la deforestación y contra la explotación minera ilegal; además de los acuerdos sobre migración en que se ven involucrados la mayoría de los participantes, aunque muy cuestionados por el impacto y alcance en el número de personas a beneficiar y el tiempo de aplicación.
Finalmente, y para bien de los países del continente, se discutió un acuerdo sobre la migración, se abordó el cuidado de la naturaleza (descarbonización de la economía) y la defesa de la democracia, aunque lo más difundido y a lo que se le dio mayor relevancia es el reclamo por los no invitados (Cuba, Venezuela y Nicaragua) y hacer visible a los autoexcluidos (Guatemala, El Salvador y Honduras).
Por la postura mostrada de una parte de los representantes de las naciones es, que no importa que los pueblos vean restringidas sus libertades, ni que las instituciones que hacen contrapeso a los gobernantes sean minadas y mucho menos que no haya mejoras en las condiciones de vida de las personas, sino hacer sentir que hay un bloque para defenderse en conjunto si alguien cuestiona la acumulación de poder y el uso que den en sus naciones.
La Cumbre de las Américas mostró que la democracia está bajo asedio y tiene pocos defensores.
Referencias
[i] CNN. Biden habla sobre democracia y una nueva asociación en su discurso de la Cumbre de las Américas, Youtube.com, 8/06/22. Referencia: https://n9.cl/3pwvi
[ii] Universidad de Cambridge. Global Satisfaction with Democracy. Report 2020. Bennett Institute for Public Policy Cambridge. p. 2
[iii] Naim, M. La revancha de los poderosos. México, Debate, 2022. P. 18.