Deuda social: Día internacional de la justicia social

Por Alin Castellanos Rivero.

 

Es por la gran necesidad de visibilizar la justicia social, que el 26 de noviembre de 2007, la Asamblea General declaró que, a partir de su sexagésimo tercer período de sesiones, el 20 de febrero de cada año se celebrará el Día Mundial de la Justicia Social (A/RES/62/10). Sin olvidar aquellos importantes antecedentes como lo es la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo, sobre la justicia social para una globalización equitativa el 10 de junio de 2008; esta última como resultado de las problemáticas que traía consigo la globalización. Reforzada por la Agenda de Trabajo Decente.

“La “deuda social” exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las Iglesias y demás organizaciones sociales”

(Papa Francisco en el Seminario sobre “Las Deudas Sociales”  el 30 de septiembre de 2009).

 

La Organización de las Naciones Unidas[1] (ONU), en Asamblea General reconoció que el desarrollo y la justicia social “son indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones y entre ellas, y que, a su vez, el desarrollo social y la justicia social no pueden alcanzarse si no hay paz y seguridad o si no se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales” (s.f,p10). A su vez, se reconoce que la globalización y la interdependencia abren puertas al comercio, a las inversiones, al capital, a los adelantos científicos, adelantos tecnológicos, desarrollo de las tecnologías de la información, crecimiento de la economía a nivel mundial; lo que prevé mejoras en la vida de las personas. Pero esto no siempre es así, también trae de la mano problemáticas sociales graves como lo sonla pobreza, la exclusión social, la marginación, inequidad distributiva, etc. Obstaculizando el desarrollo de una gran cantidad de personas. Lo que conlleva a tener una deuda social, “de ahí la necesidad de cultivar la conciencia de la deuda que tenemos con la sociedad en la que estamos insertos” (Bergoglio, 2009).

Es por la gran necesidad de visibilizar la justicia social, que el 26 de noviembre de 2007, la Asamblea General declaró que, a partir de su sexagésimo tercer período de sesiones, el 20 de febrero de cada año se celebrará el Día Mundial de la Justicia Social (A/RES/62/10). Sin olvidar la importancia de antecedentes como como lo es la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo, sobre la justicia social para una globalización equitativa el 10 de junio de 2008; esta última como resultado de las problemáticas que traía consigo la globalización. Reforzada por la Agenda de Trabajo Decente.

La justicia social, tiene la finalidad de proteger los derechos humanos de todas las personas así como brindar garantías de protección de la dignidad humana. Conforme Pérez-Garzón (2019), el término ha evolucionado en las ultimas etapas de su uso moderno refiere a la penúltima etapa, a la equiparación de justicia social a justicia distributiva, añadiendo componentes como la dignidad humana y el Estado social. Ala ultima etapa se le añade un elemento principal que es la lucha contra todo tipo de discriminación; a través de acciones afirmativas que tienen la intención de igualdad de oportunidades para todas las personas. En 1931, se incorpora la noción de Justicia Social a la Doctrina Social de la Iglesia, el papa Pío XI en la Encíclica Quadragesimo anno, indica que “un límite al que debe sujetarse la distribución de la riqueza en una sociedad, de modo tal que se reduzca la diferencia entre los ricos y los necesitados”(p.2).

En el Compendio sobre Doctrina Social de la Iglesia, indica que “La justicia social es una exigencia vinculada con la cuestión social, que hoy se manifiesta con una dimensión mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y, sobre todo, a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones correspondiente” (p.446). En Laudato Si’ (2015), también retoma la problemática e indica

“el bien común requiere la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva, cuya violación siempre genera violencia. Toda la sociedad –y en ella, de manera especial el Estado– tiene la obligación de defender y promover el bien común”(p.49).

Por lo que, refiero, se trata de defender un principio fundamental para la paz y el bien común, responsabilidad que abarca desde la ciudadania hasta los Estados, ya que la justicia social, representa protección de la dignidad de las personas y desarrollo social.

A ello el Papa Francisco, desde que era Cardenal, ha mostrado un gran interés, un ejemplo es la conferencia que dictó en 2009 sobre “Las Deudas sociales”, en el que se refiere que la deuda social exige una real justicia social, ya que “no se trata solamente de un problema económico o estadístico. Es primariamente un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial” (p.1). Pero ¿qué es la duda social a la que se refiere el Papa Francisco? “La deuda social se compone de privaciones que ponen en grave riesgo el sostenimiento de la vida, la dignidad de las personas y las oportunidades de florecimiento humano” (p.1).

Con la crisis de salud global que ha estado azotándonos, en los últimos casi dos años, se ha agravado la desigualdad y las brechas entre los que menos tienen con los que más tienen. Se observó la desigualdad educativa, la precariedad, aumentó la pobreza, la desigualdad de género, migración, desplazamiento forzado, entre más problemas sociales. Por ejemplificar, OXFAM indica que la riqueza de una pequeña élite mundial formada por 2 755 mil millonarios ha crecido más durante la pandemia de COVID-19. Millones de personas quedaron sin empleo y muchas otras se han tenido que endeudar para sobrevivir.  Según el World Inequality Report 2022, el patrimonio neto de las personas millonarias creció en más de US$ 3,6 billones sólo en 2020, lo que elevó  el porcentaje de la riqueza mundial de los hogares a 3,5%. Al mismo tiempo, la pandemia empujó a unos 100 millones de personas a la pobreza y pobreza extrema, elevando el total mundial a 711 millones de pobres en 2021.(2022, p. 172).

Es, en esos datos dónde se puede observar la injusticia social, las mujeres siguen siendo las más pobres de los pobres, siguen existiendo el racismo, la precariedad y pobreza en los pueblos originarios; falta de recursos en las zonas rurales y el aumento cada vez más evidente de la pobreza en la población. Es por ello que se habla de una deuda social, en la que, la acumulación de riquezas de unos pocos priva de bienestar a otros tantos; estas carencias son violaciones a los derechos humanos, atentan contra la dignidad de la persona, el desarrollo,  la libertad y  la seguridad. Por ello, como lo indica el Papa Francisco “para superar esta deuda social es necesario reconstruir el tejido social y los vínculos sociales”. La justicia social tiene como objetivo el bien común y la paz; por ende es deber del Estado, la ciudadanía y el mercado, en una gobernanza sensible, generar procesos para que no exista la desigualdad social. El Concilio Vaticano II en Gaudium et pes, indicaba ya, que “las excesivas desigualdades económicas y sociales que se dan entre miembros de nuestra sociedad, en nuestro pueblo, son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional”. En el mismo documento se resalta:

En un momento en que el desarrollo de la vida económica, con tal que se le dirija y ordene de manera racional y humana, podría mitigar las desigualdades sociales, con demasiada frecuencia trae consigo un endurecimiento de ellas y a veces hasta un retroceso en las condiciones de vida de los más débiles y un desprecio de los pobres. Mientras muchedumbres inmensas carecen de lo estrictamente necesario, algunos, aun en los países menos desarrollados, viven en la opulencia y malgastan sin consideración. El lujo pulula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana” (Gaudium et spes, 1965, s/p).

Los recursos y el desarrollo económico deben de ir de la mano con el bien social, la justicia social no solamente es deber de los Estados, sino que constituye la vinculación de los aspectos sociales, políticos, económicos; así como un trabajo en conjunto para atender el problema y elaborar soluciones. La justicia social no permite la exclusión y exige que la riquezas se distribuyan de manera mas equitativa, en beneficio del desarrollo económico social. Por ello la importancia de hacer un ejercicio reflexivo, en México a cuánto equivale la deuda social y quiénes se dirige.

 


Fuente:

Bergoglio, J. (30 de septiembre 2009). Seminario sobre “Las Deudas Sociales” organizado por EPOCA [Conferencia inaugural]. Recuperado de https://www.pastoralsocialbue.org.ar/wp-content/uploads/2014/11/La-Deuda-Social-segun-la-Doctrina-Social-de-la-Iglesia.pdf

Concilio Ecuménico Vaticano II. (1993). Gaudium Et Spes; Constitucion Pastoral Sobre La Iglesia en el Mundo Moderno (1a. Ed., 1a. reimpresión). Bolivia. Ediciones Paulinas.

Iglesia Católica. Papa (2013 – : Francisco)., & Francisco, P. (2015). Laudato SI’: Carta encíclica del Sumo Pontífice Francisco : a los obispos, a los presbíteros y a los diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre el cuidado de la casa común. Recuperado de https://www.vatican.va/content/dam/francesco/pdf/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si_sp.pdf

Organización de las Naciones Unidas. (s.f). Lograr la justicia social a través del empleo formal. Recuperado de https://www.un.org/es/observances/social-justice-dayOXFAM. (2021). Un virus mortal: cinco datos escandalosos sobre las desigualdades extremas. Recuperado de:

https://www.oxfam.org/es/cinco-datos-escandalosos-sobre-la-desigualdad-extrema-global-y-como-combatirla

Pérez- Garzón, c. (2019). ¿Qué es la justicia social? Revista Derecho del Estado n.º 43, mayo-agosto de 2019, pp. 67-106. Recuperado de https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/derest/article/view/5907/7607

Pío XI. Vaticano II. (1931). Carta Encíclica Quadragesimo anno sobre la restauración del orden social en perfecta conformidad con la ley evangélica. Recuperado de https://www.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19310515_quadragesimo-anno.pdf

Pontificio Consejo “Justicia y Paz”.(2005). Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Recuperado de https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html

World Inequality Report.(2022). World Inequality Report 2021. Recuperado de: https://wir2022.wid.world/www-site/uploads/2021/12/WorldInequalityReport2022_Full_Report.pdf

 


[1] https://www.un.org/es/observances/social-justice-day

En este trabajo se reúnen algunas facetas de la filosofía actual. Recientemente se han destacado algunas de sus corrientes, a las que conviene atender, para estar al día en nuestro conocimiento filosófico. Pues todo depende del diálogo que logremos sostener con esas escuelas o tradiciones. Dentro de ellas se encuentran: la filosofía analítica, la fenomenología, la hermenéutica, con especial énfasis en la hermenéutica analógica y el nuevo realismo.

Perspectivas actuales de la filosofía

Mauricio Beuchot

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Este documento busca hacer visibles las principales problemáticas sociales de la Diócesis de Querétaro, a fin de abrir caminos de acción para la construcción y vitalización de la paz social.
Se trata de una mirada desde su acción pastoral que se enfoca en las heridas sociales, en las problemáticas que afectan a los diversos ámbitos comunitarios y contienen efectos transversales en la persona, las familias, las comunidades y la sociedad en general.

Dossier Vitalizar el tejido social para construir la paz social. Elementos para un diagnóstico social de la Diócesis de Querétaro.

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