El pasado martes 21 de septiembre de 2010, el estado de Querétaro conmemoró el primer aniversario de la reforma constitucional a favor de la vida, que otorga protección al ser humano desde el inicio de su vida en la fecundación.
Diego Ignacio Rosales Meana, Coordinador Académico del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), participó en el Foro «Querétaro por el Derecho a la Vida». Dictó la conferencia inaugural titulada “La Dignidad: los límites de la libertad humana” en la que explicó que el respeto y la defensa a la vida humana no se logra solamente a través de las leyes sino, ante todo, a través de una cultura a favor de la vida. El estado garantiza una legalidad, pero no el cumplimiento. Aterrizó esta verdad citando la injusta y cruda matanza que hubo en Acteal, Chenalhó (Chiapas) el 22 de diciembre de 1997.
Lo que garantiza el respeto a la dignidad humana es el ethos o cultura. Diego profundizó en el sentido de la dignidad y manifestó que es una característica del ser, no del hacer, que es una cualidad ontológica, es decir, es intrínseca a la persona. La dignidad no es algo exclusivo de los capaces, inteligentes, productivos y saludables, sino que ser persona es el primer fundamento de la dignidad.
El foro también contó con la participación de la abogada Ingrid Tapia, quien hizo un llamado a todos para que no nos dejemos convencer o engañar con discursos falsos ‘a favor de la mujer’. Remarcó también la necesidad de construir instituciones que apoyen a aquellas mujeres que valientemente deciden concebir.
Lianna Robolledo, por último, nos compartió su valeroso testimonio: cuando ella tenía tan solo 12 años fue víctima de una violación múltiple. Ella, a pesar de la horrorosa experiencia, decidió no abortar. Dio a luz una niña, quien le regresó el sentido y la alegría a su vida. Dijo que sin su hija ella no hubiera podido sobrevivir.
A este foro asistieron cerca de 2000 estudiantes de universidades públicas y privadas. Ellos participaron activamente y aclararon muchas dudas sobre el aborto y las políticas publicas. Esto nos hace tomar conciencia del interés común que hay sobre la protección y defensa de los derechos humanos del no nacido.
La vida humana es un valor objetivo, no es un objeto del que uno puede disponer a voluntad y desecharlo cuando se desea. La vida humana es un don invaluable, por lo que debemos afirmar este valor y defenderlo sobre todo cuando se trata de un ser humano antes de nacer.