Incidentes electorales o intervención de la delincuencia organizada

Por Cristóbal Barreto

 

Producto de lo acontecido en la elección del 6 de junio, se transitó de la denuncia de incidentes electorales, como apertura tardía de casillas, a la de intervención de la delincuencia organizada.

 

La jornada electoral del 6 de junio de 2021 mostró dos caras contrapuestas: una que resalta por la participación y entereza del electorado por emitir su sufragio, y la otra donde se presentaron diversos incidentes electorales y la denuncia de la intervención de la delincuencia organizada que pudieron modificar el curso de la votación y los resultados para determinador al ganador de la contienda.

La concurrencia a las urnas fue del 52% del padrón electoral, por arriba el promedio de elecciones intermedias de este siglo. Su contraparte, la cara antidemocrática, fueron los incidentes que empañan la jornada y aún más cuando estos rebasan lo que se había visto en otros momentos y que están fuera de lo que se espera de un país que aspira a mejores prácticas de convivencia y a continuar fortaleciendo su régimen democrático.

Se reportaron incidentes electorales de diversa índole en el Estado de México, Puebla, Michoacán, Baja California, San Luis Potosí, pero sobre todo en las entidades de la franja del pacífico. Al retraso de apertura de casilla se sumaron noticias de asalto a electores que hacían fila para votar en Monterrey, o de casillas que no abrieron por el clima de inseguridad de la localidad (Benítez, 2021), pero lo más alarmante, de acuerdo a información que se ha dado a conocer en días posteriores a las elecciones: la intervención de la delincuencia organizada (Riva Palacio, 2021a).

En elecciones pasadas era común escuchar que los partidos y sus candidatos se quejaban de incidentes como: compra de votos de su opositor ganador de la elección, del uso partidista de los padrones de beneficiarios de los programas sociales, del gasto excesivo de campaña y lo peor de financiamiento de privados superior al que permite la Ley electoral.

Aún más, del año 2000 hacia atrás los partidos políticos opositores al PRI, que era quien gobernaba en casi la totalidad de los cargos de elección, denunciaban que llevaba a cabo prácticas violatorias de la legalidad, entre otras: relleno de urna o urna embarazada, ratón loco (mover la casilla de domicilio cuando menos una vez al día, para confundir a los electores contrarios al PRI), robo de casilla o permitir que un mismo elector votara varias veces. Éstas y otras prácticas comenzaron a quedarse en el pasado una vez que las elecciones dejaron de ser organizadas por el gobierno y pasaron a manos del Instituto Federal Electoral (1994), hoy INE, y se implementó la credencial de elector y lista nominal con fotografía, la tinta indeleble y las boletas con varios candados de seguridad.

En la elección de 2021, la más grande por el número de cargos en disputa y compleja por las restricciones sanitarias por la pandemia del COVID 19 y la violencia que se padece en varias zonas del país, se denunció otro tipo de delitos electorales que de ser verdad son un foco de alarma, para la seguridad de las personas, para las libertades políticas y para la democracia misma.

El candidato a la gubernatura de la Alianza va por Sinaloa, Mario Zamora, denunció que colabores y simpatizantes de su campaña fueron levantados por personas desconocidas, en fechas previas o el mismo día de la elección y en ningún caso se pidió rescate (Gómez Leyva, 2021a). En esta entidad se vivieron hechos no vistos en pasadas elecciones, casillas que abrieron a media mañana y la clara intimidación de votantes por personas armadas (Clouthier, 2021).

En varios municipios del Estado de México sucedieron hechos intimidatorios de los electores formados en las casillas, el ejemplo más claro fue lo acontecido en Metepec. En esta localidad un grupo de hombres con rostro cubierto irrumpieron en un centro de votación y con violencia destruyeron las urnas, el mobiliario e intentaron golpear a funcionarios de casilla y votantes (González, 2021). Hechos semejantes se presentaron en Puebla, Guerrero y San Luis Potosí. En estas entidades salieron a relucir las armas de fuego (SinEmbargo, 2015).

En Michoacán, si bien se instaló el 100% de las casillas electorales en Aguililla, se hizo pública la presencia de grupos armados como en otros municipios que, al parecer, modificaron el curso de la votación y los propios resultados, denunció el gobernador Silvano Aureoles (Gómez Leyva, 2021b). Los partidos de la coalición PAN-PRI-PRD acusaron que, en los municipios de Múgica y Gabriel Zamora, hombres armados impidieran la presencia de sus representantes en las casillas (Trujeque, 2021) y la quema de boletas en Salvador Escalante (Aguirre, 2021).

El suceso más alarmante, por el significado, fue el hecho que se lanzara una cabeza humana cerca de una casilla y se encontraran restos de un cuerpo desmembrado cerca de otra en Tijuana, Baja California (Matías, 2021).

Estos incidentes rebasan por mucho a los que anteriormente se quejaban los partidos y los candidatos, porque amenazan e intimidad a los electores, a los candidatos, a los funcionarios electorales y hasta a la autoridad misma, pero también porque se atentan contra la vida de las personas. Antes, las denuncias tenían que ver con la compra simbólica o real de los electores, a manos de integrantes de los equipos de campaña, ahora es intimidación y agresión a las personas por parte de personas de la delincuencia organizada.

Especialistas en temas de seguridad (Guerrero, 2021) (Hope, 2021) y (De Mauleón, 2021) y analistas como (Riva Palacio, 2021b), (Alemán, 2021) y (García Soto, 2021) afirman que esta vez se dio la intervención de la delincuencia organizada en las elecciones, fomentada por la política de seguridad del gobierno federal, abrazos no balazos, y porque los delincuentes valoraron necesario participar abiertamente para inclinar la balanza hacia la autoridad que considera conviene a sus intereses gobierne. A esta visión se suma la expresión del obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel, para quien se han hechos arreglos y gobiernen los narcos y no los políticos (Flores, 2021).

Días posteriores a la elección se dijo que el Centro Nacional de Investigación del gobierno federal, investiga a dos candidatos a gubernatura electos, al de Sinaloa y al de San Luis Potosí, así como a diputados federales de Morena-PT-PVEM, que se reeligieron, por presuntos nexos con grupos de la delincuencia organizada (López, 2021).

Diversa información que se ha dado a conocer en fechas posteriores al día de la elección, apunta que hubo intervención de la delincuencia organizada en las elecciones de diversa índole y de manera diferenciada en distintas entidades del país. En especial se cita que en la costa del pacífico es a donde fue más evidente y abierta. Como agregado, las casas encuestadoras erraron por un margen amplio en su pronóstico de quién ganaría cada gubernatura, a diferencia de la certeza que tuvieron en la elección de diputados federales, error que se deduce sucedió por esta variable no considerada ni medible de la intervención de la delincuencia.

En esta elección del pasado 6 de junio de 2021, las denuncias y quejas de los partidos políticos y sus candidatos transitaron de los incidentes electorales a la intervención de la delincuencia organizada. Para que la autoridad competente juzgue, falta que se presenten las pruebas.

Se dé o no ese paso, es una realidad, por las diversas evidencias que se han dado a conocer, que hubo intervención de la delincuencia organizada en el proceso electoral, durante las campañas y el día de la elección, que alarmó al país por el número de personas que la padecieron, por las amenazas que se dieron a candidatos y equipos de campaña y por el registro de hechos delictivos, superior en un 17.5% a los registrados en procesos pasados (Etellek, 2021) y (Corresponsales Proceso, 2021).

 


Referencias bibliográficas

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y ¡Tláhuac, también ganó el narco! Quadratín, 10/junio/2021 https://n9.cl/g19mq

Benítez D. (2021) Inseguridad impide instalación de 9 casillas: INE. El Financiero, 6/junio/2021. https://n9.cl/8byg2

Clouthier M. (2021). Debilidades y amenazas para la democracia. El Universal 10/junio/2021. https://n9.cl/hmflq

Corresponsales (2021) … Ahora, a gobernar con la sombra del narco. Proceso, 5/jun/2021, https://n9.cl/3fyu6.

De Mauleón H (2021). La otra elección y Las elecciones del narco, El Universal, 9/Junio/2021 https://n9.cl/acqnq. Las elecciones del narco, 13/junio/2021 https://n9.cl/o8ha.

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Flores Contreras, E. (2021) “Vamos a ser gobernador por los narcos”, dice el obispo de Chilpancingo. Proceso, 8/julio/2021. https://n9.cl/oncn

García Soto S. (2021) El presidente se dice “pacifista” y el narco se apodera del país. El Universal, 8/junio/2021 https://n9.cl/klxy6

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_ (2021b) El “narcogobierno” volverá a Michoacán con Morena: Gobernador Silvano Aureoles. Radio Fórmula, 23/junio/2021 https://n9.cl/80pon

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