La historia no se repite pero a menudo rima

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Por Noé Chávez A[1].

 

Introducción: La noción de la historia

La frase “la historia no se repite pero a menudo rima” del escritor Mark Twain, toma un significado especial que nos recuerda que, aunque los detalles, las circunstancias y las personas cambian a través de la historia, generalmente la esencia de los acontecimientos cronológicos se recicla.

Por su parte, Nietzsche (2020) propone el rompimiento de la noción del tiempo lineal sustituyéndolo por una concepción circular y eterna, no porque lo sucedido volverá a suceder sino porque un ciclo perpetuo representa que “nosotros hemos sido ya una infinidad de veces y todas las cosas ya han sido con nosotros”. (p. 138-140)

Otros autores como William Strauss y Neil Howe (1992), plantean una teoría donde explican que la historia está estrechamente relacionada con los cambios generacionales y concluyeron que diversos acontecimientos económicos y políticos en Estados Unidos como la guerra de independencia, las revoluciones sociales y las transiciones políticas resultan coincidentemente similares a los contextos de otros países con un desarrollo equiparable, aunque no necesariamente sucedían al mismo tiempo.

 

La transformación mexicana

No es coincidencia que en esta época pre-electoral la palabra “transformación” sea la más citada entre las personas que encabezan las candidaturas de los distintos órdenes de gobierno, independientemente de la ideología partidista o del cargo de elección popular al que aspiran.

En la actualidad nos encontramos en una etapa histórica donde los mayores medios de comunicación, diversas organizaciones de la sociedad civil y la percepción de la ciudadanía en general coinciden en que la “regeneración nacional” ha perpetuado una crisis de pobreza, delincuencia, violencia y desigualdad, que a pesar de ser problemáticas sistemáticas visibles no significa que sean notoriamente atendidas.

En retrospectiva, podríamos apoyar un consenso, que la mayor transición de la historia mexicana en el siglo pasado sucedió durante sus primeras décadas, específicamente en el periodo comprendido desde el inicio de la Revolución Mexicana.

Bajo esa premisa, ¿podríamos considerar que en la tercera década del siglo XXI estamos atravesando el mayor periodo de transformación política, económica y social de México, tal como sucedió a principios del siglo XX? Y si estamos humanamente condenados a reciclar nuestra historia, ¿cuáles son las posibles consecuencias que se avecinan?

 

El centralismo político mexicano.

El centralismo como sistema de gobierno se refiere a la concentración de funciones políticas y de administración pública del Estado en un órgano central o en una persona con una supuesta autoridad suprema, la cual tiene a su cargo el ejercicio y control de recursos humanos, económicos y de infraestructura de todo el país, sin dejar de lado la imposición y uso de la fuerza pública por encima de la conciliación.

Durante el periodo conocido como Porfiriato, se establecieron las bases de un gobierno centralista donde se ejercía el poder del Estado de manera autoritaria, con una esencia dictatorial. La restricción de la libertad de prensa, la eliminación de opositores políticos y el control absoluto de los recursos del país fueron solo algunas características fundamentales del gobierno de Díaz, el cual provocaría un descontento generalizado entre la población de principios del siglo XX.

Simbólicamente al finalizar el siglo XX también concluyó la era del Partido Revolucionario Institucional, de corriente inherentemente centralista que había prevalecido en la presidencia de la República Mexicana por más de setenta años, abriendo paso en el nuevo milenio a una alternativa más conservadora y con inspiración de democracia cristiana (para un Estado laico). Si bien es cierto que desde ese entonces hemos tenido a Presidentes de tres partidos políticos distintos, también es un hecho que el actual movimiento de regeneración cuenta con integrantes, bases fundamentales y una ideología de índole centralista, revolucionaria e institucional.

Por lo anterior, no debería ser sorpresa que este gobierno federal rechace discursos detractores que se opongan a la opinión de su principal dirigente, favorece la simulación de consultas ciudadanas que parecen ser dedazos plebiscitarios carentes de cualquier elemento de austeridad republicana y de elección popular, destina recursos millonarios a programas sociales incluso sin un esquema de seguimiento que analice o evalúe los resultados logrados, además de buscar el enmudecimiento y desprestigio de los órganos judiciales de todo el país.

El legado del régimen centralista mexicano guarda sus bases en el Porfiriato, continuó resonando como una efectiva estrategia en un partido revolucionario institucional y en la actualidad sigue presente, replicándose de manera ambiciosa mediante una nueva transformación que aún después de cinco años no queda claro el horizonte al que se dirige.

 

Tierra fértil para una revolución.

Es común encontrar y formular teorías sobre la relación directa entre la pobreza y la violencia en México. La falta de oportunidades en los rubros de educación y de empleabilidad representa un impedimento para la movilidad social, lo cual genera un círculo vicioso que conecta la falta de ingresos dignos con la falta de acceso a salud pública y medicamentos, repercutiendo directamente en el bienestar físico y mental de la población mexicana económicamente activa.

En México, desde el inicio de la Pandemia se consolidó la visión que la delincuencia y la violencia se han vuelto parte del entorno cotidiano, sumado al carente acceso a una educación institucionalizada o un empleo formal. En ese sentido, podríamos afirmar que también existe un vínculo entre la ascendente curva de generadores violencia con la tasa progresiva de deserción escolar y el índice de desempleo.

No obstante y sin esperanza de consuelo, la historia nos demuestra que hacia el fin del Porfiriato, sobre todas las problemáticas sociales también predominaba la desigualdad. Mientras que para la tercera parte de la población existía un país moderno con centros urbanos erigidos con inspiración europea, con imponentes medios de transporte únicos en toda Latinoamérica, con un régimen político-militar que pretendía garantizar una adecuada seguridad pública y una economía suficientemente sostenible, también es cierto que existía tierra fértil para cosechar una revolución social pues prevalecía un México donde vivían cerca de 10 millones de personas sin empleo, sin educación, sin salud, sin ingresos, sin electricidad y sin vivienda. Hoy después de tantos años esa tierra fértil de desigualdad sigue presente pues en plena época de transformación, en México viven más de 46 millones en la pobreza (CONEVAL, 2023).

 

La desigualdad como indicador de violencia.

De acuerdo con el historiador Javier Garciadiego (2010) la evidente desigualdad socioeconómica en las primeras tres décadas del siglo XX, aseguraron para nuestro presente un ciclo interminable de violencia.

Como si fuera un reflejo histórico, durante la Revolución y en el presente, la fragmentación entre clases sociales ha generado como resultado una interminable lista de actos criminales, posicionando al sexenio presidencial actual como el más violento del siglo (Valle, 2023).

Aunque las políticas públicas del gobierno en turno no deben ser la única alternativa para enfrentar al crimen, la tibia premisa sin balazos de las instancias de seguridad del Estado, no ha sido suficiente para hacer frente a la creciente cifra de personas desaparecidas, ni para las células criminales cada vez más organizadas; quienes habitamos en este país tenemos una percepción colectiva sobre la inseguridad y un temor generalizado pues parecería que nadie se encuentra completamente seguro. La violencia, la delincuencia, los crímenes y la impunidad nos siguen doliendo porque no somos estadística, somos seres humanos.

 

La innovadora forma de comunicar

Pese a todo lo anterior, resulta necesario resaltar el mayor logro de la actual administración pública federal: una excelente y efectiva estrategia de comunicación política. El uso y control de medios escritos, audiovisuales y redes sociales han sido clave para conseguir un hecho sin precedentes.

Es la primera vez en la historia mexicana que diariamente el titular del poder ejecutivo federal destina tantos recursos en plataformas digitales, medios de comunicación tradicionales y propaganda impresa para compartir sus puntos de vista, defender a los integrantes de su gabinete y criticar constantemente a sus opositores. Sin embargo, también es cierto que existe una relación complicada con la prensa crítica que se atreve a publicar y difundir información en contra de su Transformación.

La discusión sobre la libertad de expresión y de publicación tiene un origen similar durante el Porfiriato, donde la prensa estaba sujeta a la censura y a la represión gubernamental, limitando a medios de comunicación que contradijeran y se atrevieran a poner en riesgo la estabilidad política de la época. Debido a la diversificación de agendas políticas y a la proliferación de periódicos, desde hace más de un siglo ya existían registros de represión y violencia contra informadores.

En 2023, México sigue siendo uno de los países más peligrosos y mortíferos en el mundo para los periodistas (Rojas). Se ha identificado que distintos actores políticos han amenazado gravemente a medios de comunicación cuando existen investigaciones molestas para el gobierno. Debido a esto los reporteros e informadores sufren amenazas o intimidaciones en el mejor de los casos, mientras que los asesinatos y desapariciones forzadas están al final de ese túnel.

Pese a que el Presidente de la República nunca había tenido tanta cercanía con la ciudadanía a través de medios de comunicación y aunque éste sea uno de los streamers más vistos del mundo, no hay certidumbre del recurso público que se destina para sus acciones de comunicación. Desafortunadamente, estos logros se ven opacados por la violencia contra el periodismo, muy similar a los acontecimientos del Porfiriato que se valía de la censura y la desacreditación de investigaciones que arrojaran otros datos.

 

Conclusiones: ¿La víspera de una nueva Constitución?

Si bien podemos concluir que la Cuarta Transformación no es la Revolución Mexicana del siglo XXI, sí encontramos características similares y puntos de convergencia sobre las sistemáticas problemáticas políticas y económicas que se suscitaron entre el Porfiriato y el Obradorismo, previo al estallido de una guerra social mayúscula.

Aunque es evidente que el movimiento de regeneración nacional del siglo XXI no ha podido atender ni proponer soluciones efectivas que abonen a la seguridad pública o que reduzcan los altos índices de violencia, de pobreza y de criminalidad, es necesario analizar, elaborar y aplicar una estrategia intersectorial que contemple la educación cívica como eje central, así como el fortalecimiento de un sistema penal humanista pero riguroso, extremadamente sensible con las víctimas de violencia sistemática.

Ahora bien, debatiblemente el fruto más importante de la Revolución fue la emisión de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917), la cual contempló la positivización de principios como la garantía de derechos, la libertad de expresión, la seguridad social y laboral, la división del Poder con su respectiva estructura orgánica y el establecimiento de mecanismos electorales y la regulación de partidos políticos.

Solo el porvenir nos indicará si la Cuarta Transformación será un precedente histórico de una revolución social que permita una transición radical del statu quo, o si su éxito concluirá en la emisión de un nuevo compendio constitucional acorde a la contemporaneidad mexicana, tal como sucedió en la época de la Revolución. Por ello, esta etapa de transición debe obligarnos a cuestionarnos si estamos listos para la emisión de un nuevo marco constitucional que al menos considere:

  • Una nueva concepción de soberanía, con un sistema de elección popular que prevea la incorporación de disposiciones sobre la “segunda vuelta electoral” tal como se realiza en numerosos países latinoamericanos y europeos. Del mismo modo, la participación de la sociedad civil organizada podría ser una nueva forma de hacer política, dejando atrás un sistema que prioriza a los partidos políticos y las opulentas campañas electorales.

 

  • En relación con el punto anterior, la austeridad republicana debería dejar atrás actos vacíos como la supuesta venta de un avión, convertir una residencia presidencial en un museo de la indignación o la creación de dependencias para devolver al pueblo lo robado. En su caso, este principio podría ser útil para modernizar las estructuras y procesos del poder ejecutivo, legislativo y judicial, optimizando la simplificación administrativa y la mejora regulatoria del gobierno en todos sus órdenes.

 

  • Una alternativa válida para disminuir las responsabilidades del Presidente de la República, podría ser dividir el cargo entre un jefe de estado y un jefe de gobierno, similar a los modelos de Primer Ministro británico (y de la mancomunidad de naciones) o de Cancillería alemán, inclusive contemplar el modelo de Vicepresidencia, el cual ya tiene antecedentes históricos en nuestro marco constitucional mexicano.

 

  • Visualizar el respeto y cumplimiento irrestricto de los principios de paridad de género e inclusión social, no como acciones afirmativas sino como mecanismos permanentes de evaluación de políticas y acciones gubernamentales.

 

[1] Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana

 


Referencias bibliográficas

Nietzsche, F. (2020). 1883 – 1885 Así Hablaba Zaratustra. Boek México.

Strauss, W. y Howe N. (1992) Generations: The History of America’s Future, 1584 to 2069. William Morrow Paperbacks.

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (10 de agosto de 2023). El CONEVAL presenta las estimaciones de pobreza multidimensional 2022 https://www.coneval.org.mx/SalaPrensa/Comunicadosprensa/Documents/2023/Comunicado_07_Medicion_Pobreza_2022.pdf

Garciadiego, J. (2010) Textos de la Revolución Mexicana. Fundación Biblioteca Ayacucho.

Valle, D. (2023) Reporte de agosto 2023 sobre la delincuencia en México https://elcri.men/

Rojas, A. (20 de marzo de 2023) Señala EU a México por violencia contra periodistas. El Economista https://www.eleconomista.com.mx/politica/Senala-EU-a-Mexico-por-violencia-contra-periodistas-20230320-0118.html

 

Otras fuentes de consulta:

Padilla Aragón, E. (1968) La Historia de México y los Ciclos Económicos. Fondo de Cultura Económica. Crimen en México

Escalante Gonzalbo, P., García Martínez B., Jáuregui L., Zoraida Vázquez, J., Speckman Guerra E., Garciadiego, J. y Aboites Aguilar L. (2008) Nueva historia mínima de México Ilustrada. Colegio de México.

Nateras González M.E. y Zaragoza Ortiz D.E. (2017) La pobreza como indicador de generación de la violencia y la delincuencia en México. Universidad Nacional Autónoma de México.