La noción de persona y la bioética

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Por José Enrique Gómez Álvarez.

 

Un tema central, probablemente el elemento crucial, que genera la mayoría de las discusiones en temas de Bioética es la noción de persona. Los criterios para intervenir en la vida humana dependen del fundamento antropológico que se parta para hacer ética.

Me parece que se contraponen dos conceptos básicos de persona. Uno de ellos sostiene que se es persona desde el comienzo de la vida. La persona así es constitución originaria del ser humano. La otra postura es la “actualista”. Ser persona es ejecutar en acto ciertas operaciones que desde ese momento el individuo pueda ser considerado persona.

La postura metafísica hace énfasis en la noción de substancia. De ahí la conocida expresión de “substancia individual de naturaleza racional”. La substancia, en esta postura metafísica es accesible a la razón. En cambio, en la postura actualista se rechaza cualquier pretensión de esencia detrás de los fenómenos. Es un actualismo podríamos decir nominalista. Cuando se hace énfasis en los accidentes hasta el grado de reducir la sustancia a los puros accidentes, la propia identidad personal se disuelve:

Si la metafísica sobre la vía de la intuición racional se bandea del lado del substancialismo puro, la filosofía que discurre bajo el exclusivismo de la intuición sensible terminará estableciendo el puro accidentalismo… Con el uso exclusivo de la intuición sensible y desantendida la contribución activa del entendimiento en el ejercicio cognoscitiva el universo de la sustancia está condenado a perecer, la sustancia carece de credenciales noéticas de orden sensible. Solo los accidentes las poseen y, al exhibirlas en rebeldía, reclaman para sí la unívoca atribución de lo real (Gónzalez, A, 1987: 272).

Así en una postura empirista se termina, de manera lógica en la disolución o reducción del sujeto a sus manifestaciones accidentales.

En el caso de Locke, el lenguaje se asemeja, pero es solo aparente ya que la noción de persona ya no es metafísica, como señalamos. Señala Locke:

 … debemos ahora considerar qué significa persona. Pienso que ésta es un ser pensante e inteligente, provista de razón y de reflexión, y que puede considerarse asimismo como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares; lo que tan sólo hace porque tiene conciencia, porque es algo inseparable del pensamiento, y que para mí le es esencial, pues es imposible que uno perciba sin percibir lo que hace. (Locke, 1980: s.p.).

La persona, al menos en una de las interpretaciones implica conciencia del yo mismo de modo actual. Cuándo desaparece esa manifestación se deja de ser persona. Así los niños muy pequeños, los seres humanos severamente discapacitados, por ejemplo, en estado vegetativo persistente, no son personas. Esto lleva también a la cuestión de si existen otras personas no humanas. Así parece que al menos los primates poseen una cierta autoconsciencia, por lo tanto, hay que considerarlos personas. La consecuencia de reducir la persona a sus manifestaciones psicológicas es que siendo consistentes como lo será el sucesor de John Locke, David Hume que termina disolviendo el substrato de la misma identidad personal en una sucesión de eventos psicológicos. (González, A., 1987).

En ese sentido el valor personal, así el reconocimiento de un estatuto ético absoluto, es decir, el no ser utilizado o instrumentalizados por otros parece difuminarse en los seres humanos y emerger en realidades no humanas.

Peter Singer es un defensor de esta postura. La racionalidad y autoconciencia ya señalados en la definición de Locke deben estar en acto para poder ser reconocido como entidad personal. Persona es la entidad que puede ejercer de modo actual la razón y consciencia. Lo anterior no implica que no sea humano, lo es y de hecho pertenece a la especie Homo Sapiens, no obstante hay seres humanos no personales.

Escribe Singer:

El embrión, que posteriormente sera el feto, el niño profundamente discapacitado psíquicamente, e incluso el neonato, todos duda pertenecen a la especie homo sapiens, pero ninguno es consciente de si mismo, tiene sentido del futuro o capacidad de relacionarse con los demás … dejare a un lado el conflictivo termino «humano» y lo sustituiré por dos términos diferentes, correspondientes a los dos sentidos distintos de «humano». Para el primer sentido, el biológico, simplemente utilizare la molesta pero precisa expresión «miembro de la especie homo sapiens», mientras que para el segundo utilizaré el termino «persona» …Este uso del termino «persona» se presta desafortunadamente, confusión, debido a que se utiliza a menudo con el mismo sentido que «ser humano». Sin embargo, los dos términos no son equivalentes, ya que podría haber una persona que no fuera miembro de nuestra especie del mismo modo que podría haber miembros de nuestra especie que no fueran personas (Singer, 1995: 109).

Así, el embrión, por ejemplo no posee la autoconsciencia en acto, por lo tanto no es persona. Otro autor que defiende una postura semejante es John Harris. Este último señalará que el criterio que señala la presencia de una persona es la capacidad de valorar su propia existencia. Así es fácil ver que algunos humanos no pueden valorar su propia existencia: los niños pequeños, los embriones, las personas en estado de coma permanente, etc. De nuevo el trato de respeto que se les debe es diferente.

Uno de los problemas que surge con la distinción entre persona y ser humano es que el criterio de demarcación del mismo es más o menos arbitrario, es decir ¿cuántas características se deben tomar en cuenta para ser considerado persona? Alguien debe decidir quien es persona y quien no. Al haber discrepancia en los criterios para ser considerado persona ¿Cuál criterio escoger? No parece claro cómo escogerlo.

La clave de la respuesta contraria es el estatuto ontológico de persona. Primero que todo entender que no es un añadido a ser humano. Es una unidad en la substancia el ser persona y ser humano. La persona es el sujeto portador y no el conjunto de manifestaciones o propiedades de la misma. Por supuesto lo anterior ha sido retado: la noción de substancia es una quimera en donde se supone una “cosa” “debajo de los accidentes de un ser como consecuencia de la interpretacion accidentalista de las personas.

En las personas se hace patente la identidad, y no la fragmentación de estados psicológicos en continuo flujo. Uno se descubre como la misma persona en todas las periodo de la vida. Uno sabe que nació en determinada fecha. Desde el nacimiento se es el yo que se será después. Distinguimos y reconocemos la identidad de las personas de otros. De nuevo el lenguaje refleja esa supuesto fundamental: Juan en coma es Juan discapacitado y no un no Juan en coma.

En el caso del embrión humano lo correcto es reconocer que la continuidad del mismo. El embrión se desarrolla, porque tiene potencia activa. Cualidades que se actualizan después, pero ya están presentes en el embrión como potencia y no solo como posibilidad. O cómo señala Juan Manuel Burgos: “… es incorrecto afirmar que el embrión es una persona en potencia, porque entonces, lógicamente, se concluye que no lo es, de hecho. El embrión no es una persona en potencia, sino una persona en una fase determinada de su desarrollo. Y, por lo tanto, tiene todos los derechos de una persona” (Burgos, 2014: s.p.)

La noción de persona al tener una fundamentación metafísica permite descubrirse como una realidad del ser humano que se da en todos los periodos de la existencia. En pocas palabras, todo ser humano es persona.

 


Referencias

Burgos, J.M. (2014). ¿Todos los seres humanos son personas? Acerca de la distinción en bioética entre persona y ser humano. Disponible en: https://www.personalismo.org/recursos/articulos-recursos/burgos-j-m-todos-los-seres-humanos-son-personas-acerca-de-la-distincion-en-bioetica-entre-persona-y-ser-humano/

González, A. (1987). Tratado de metafísica. Ontología. Segunda edición. Editorial Gredos: Madrid.

Locke (1980). Ensayo sobre el entendimiento humano. Editora Nacional, Madrid. Enciclopaedia Herder. Disponible en: https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Recurso:Locke:_la_identidad_personal

Singer (1993). Ética práctica. Segunda edición. Cambridge University Press, Gran Bretaña.