Manifestaciones humanas, la globalización de la inconformidad

El año pasado y éste han estado marcados por marchas, manifestaciones, denuncias y reclamos. Alrededor del mundo la gente ha mostrado inconformidad frente al orden social, cuestiones económicas, distribución de la riqueza, democracia, libertad, violencia, derechos de las mujeres, de los niños, de los indígenas, etcétera. Han surgido grupos, algunos menos radicales que otros, que buscan una solución: Yo soy 132,  We are the 99%, Anonymous, Movimiento por la paz con justicia y dignidad, entre otros, todos ellos mostrando que algo está mal y que está generando, por lo menos, desacuerdos.

Sin necesidad de participar en ninguno de estos movimientos, basta con que uno encienda la radio, la televisión o navegue unos instantes por internet, se vuelve evidente que existe una gran inconformidad. Hemos llegado, parcialmente, al momento descrito por Jean Baudrillard en “La transparencia del mal”: La imagen del hombre sentado y contemplando, un día de huelga, su pantalla de televisión vacía, será algún día una de las más hermosas imágenes de la antropología del siglo XX (Baudrillard, 1991:7).

Los artistas, como todos suponían que sería, han participado en esta denuncia global, muchas veces desde una perspectiva que responde a la amargura de no ver una solución; en México, por ejemplo, Teresa Margolles ha retratado en piezas de arte, performances e instalaciones la tragedia de la lucha contra el narco, los cuerpo olvidados y la violencia que vivimos, exhibiciones como “12 Depressing Photos from We are the 99%” que demuestran la cantidad de gente que protesta, la desigualdad y el poder que ha tomado el dinero. Sin embargo, lo verdaderamente curioso e inesperado son las manifestaciones de inconformidad a través de medios que, anteriormente, nadie esperaba que presentaran alguna forma de crítica social, económica o política.

Partiendo de lo que dice Mario Vargas Llosa sobre la cultura en “La civilización del espectáculo”, es decir, desacreditando la existencia de dos culturas: la alta y la baja y, entendiendo que la cultura implica un sólido contenido y una pesada base conceptual, no me atrevería a decir que las películas de las que pretendo hablar sean arte o cultura, y eso es lo que lo vuelve más enigmático, a últimas fechas se han proyectado películas que responden, más bien, a una exigencia comercial y mercadotécnica más que a una estética y que, formalmente, no pretenden hacer una denuncia sobre la situación (es decir, no estoy hablando de películas como “Miss Bala” que tenía un mensaje directo y de protesta). Concretamente estoy hablando de películas como “Batman” “Abraham Lincoln contra los vampiros”; aunque probablemente el contenido de “El caballero oscuro: la leyenda renace” es más serio su fin no es otro que entretener, pero mientras se desarrolla la historia la denuncia social se hace más evidente: los que viven en pobreza están hartos de ser explotados, maltratados, discriminados y excluidos por parte de los ricos y, por esto, a la primer oportunidad que tienen se revelan, nacen de una revolución que invierte la balanza y pasa de ser una lucha común a ser una venganza personal. Por otro lado, está “Abraham Lincoln” una película de acción con una estructura narrativa conventual, sin embargo la película realiza una propuesta bastante más interesante, en lugar de irse hacia lo negativo, de señalar todo lo que está mal y mostrar la decadencia la película expone al ser humano como alguien bueno, tan bueno que no puede estar a favor de la esclavitud y es tan bueno que no ha sido corrompido y por tanto esclavizado a las masas, en realidad, que este es el aspecto fantástico de la película, la culpa de la explotación humana son los vampiros que permanecen en secreto.

Todo esto conduce a la pregunta ¿será tan evidente el descontento humano? y si sí lo es ¿cuáles serán las consecuencias de esté? pero, mucho más importante ¿cuándo llegarán las consecuencias de éste?

 

Bibliografía

Baudrillard, Jean (1991): La transparencia del mal, Editorial Anagrama, Barcelona.

Vargas Llosa, Mario (2012): La civilización del espectáculo, Alfaguara, México.