Las deportaciones forzadas, la eliminación sistemática de pueblos y el desprecio de los derechos fundamentales de la persona son las tragedias que, desgraciadamente, aún hoy humillan a la humanidad.
Juan Pablo II
(…) Por un lado, se podría decir que una de las razones de ser de un Estado democrático es la protección de los derechos humanos de los ciudadanos. Por el otro, debemos ser capaces de defender los derechos humanos de quienes no son ciudadanos. Si el Estado no puede proveer tal defensa, ¿Qué hacemos? Es una cuestión de los derechos de quienes no pertenecen a ningún Estado y están implicados en acciones de guerra, pero también es cuestión de los indocumentados cuyos derechos humanos también deben ser protegidos. Si sólo consideramos como merecedoras de derechos a aquellas vidas que representan al Estado-nación, estamos definiendo tácitamente al ser humano en relación con su pertenencia a un Estado.
Judith Butler
El 10 de diciembre del año 1950, fue proclamado por las Naciones Unidas, el Día de los Derechos Humanos, resultado de la urgencia por remarcar la importancia y las necesidades de los pueblos del mundo, es decir que ninguna persona sin importar su nación, quede exenta de la libre práctica de sus derechos.
Este nombramiento se realizó en el segundo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DDHH), la cual fue firmada en la Asamblea General, por todos los países miembros de la ONU el 10 de diciembre de 1948, en París. Esta asamblea se llevo a cabo por las necesidades importantes que se visualizaron tras la Segunda Guerra Mundial.
La Declaración Universal de los DDHH, afirma que todos los países firmantes, incluido México, deben de proteger, garantizar y defender los derechos humanos de todos y cada uno sus habitantes, así como el de todas las personas del mundo, promoviendo el progreso y el desarrollo social. “La libertad, la justicia y la paz tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”1, subrayando en igualdad de derechos a hombres y mujeres.
Los estados miembros se comprometieron y deben asegurar, el respeto universal y la práctica efectiva de las libertades fundamentales y los derechos de las personas. La defensa, promoción y libre goce, van aunados al reconocimiento propio de la persona como sujeto de derecho, y el reconocer a los demás de igual manera; es decir, observarnos y considerar que por el simple hecho de ser personas, tenemos intrínseca e inherentemente DDHH, así como acatar que los demás también los tienen.
La falta de la importancia y educación en materia de derechos humanos, ha generado que gran parte de la población mundial se encuentren en estado de vulnerabilidad.
A 63 años de ser anunciado este día, no sólo nos queda recordar la existencia de los derechos humanos, si no reflexionar cuál es nuestro papel como ciudadanos dentro de la sociedad para generar un bienestar común y salvaguardar la dignidad de la persona.
Le seguimos apostando a la educación y a una cultura basada en derechos humanos, no sólo el estado debe de proveer las condiciones para que las personas gocen libremente y justamente sus derechos; también nosotros debemos informarnos e interesarnos; así como apoyar y ayudar a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, y por último, no ser partícipes de los delitos y violación a los derechos fundamentales que interfieran con el desarrollo y la dignidad de la persona. Aunque es responsabilidad de las autoridades y funcionarios públicos hacerlos valer, nuestra obligación es respetarlos, y en caso de observar un maltrato ó ser víctima, realizar una tarea cívica como lo es la denuncia.