El cuidado de los vulnerables

Por Patricia Raquel Mancilla Dávila|

Cuando hablamos de investigación aplicada a seres humanos, nos referimos a la realización de actividades intelectuales y experimentales (RAE, 2001) aplicadas a seres humanos, en modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia: desde la economía, la política, la sociología, la psicología, la medicina, entre muchas otras.

La ética debe acompañar a cada una de estas ciencias que intervienen en la vida del hombre, de manera directa o indirecta en el momento de llevar a cabo una investigación y nos ayuda a observar cómo cada tipo de objeto de estudio demanda un método específico. Por ejemplo, cuando se realiza una investigación sociológica el método común sería utilizar una de las siguientes herramientas: entrevista, grupo focal, análisis observacional directo, historias de vida, etc. En la investigación clínica se refiere a los estudios que intentan responder algunas preguntas específicas acerca de nuevos medicamentos o modalidades de tratamiento para alguna enfermedad en específico. Es toda acción llevada sobre el cuerpo de seres humanos con el objeto de mejorar el conocimiento y manejo de las enfermedades, con el propósito de diagnosticar. En el campo de la investigación clínica, el objeto define el método, es decir se realizan protocolos de investigación o ensayos clínicos. 

La medicina moderna se desarrolla a lo largo del Siglo XIX y se caracteriza por establecer normas relativas al método científico para evaluar entre lo que debe realizarse o no, dentro de la actividad científica. Sin embargo, en sus orígenes, durante el desarrollo del conocimiento médico -a través de ensayos y cálculos- no siempre se tuvo la noción de que experimentaban con personas, tal es el caso de las experimentaciones que se llevaron a cabo durante muchos años en cadáveres, niños, huérfanos, mujeres, en individuos de raza negra, en pacientes con enfermedades mentales, prisioneros condenados a muerte, prisioneros de guerra, entre muchas otras personas en situación de vulnerabilidad. Y aunque algunos países, como Alemania, tenían explícitas normas para la investigación en seres humanos, éstas no fueron respetadas por los científicos del tercer Reich. Es así como llegamos a las prácticas médicas experimentales en la Alemania Nazi 1943, entre las que destaca el Dr. Mengele, particularmente en el campo de concentración ubicado en Auschwitz-Birkenau. El Dr. Mengele es recordado sobre todo, por la crueldad de sus métodos de experimentación aplicados en prisioneros todos ellos personas sanas niños, mujeres, ancianos, pero especialmente por las prácticas eugenésicas llevadas a cabo en gemelos idénticos para comprobar sus teorías de la raza aria, el modelo humano ideal para los nazis. 

“El terror provocado por el descubrimiento de los experimentos practicados en los campos de concentración determinó la lógica de un marco normativo, donde el sujeto es visto como alguien vulnerable […] La formación de un consenso internacional sobre la experimentación humana, desde antes de la segunda Guerra Mundial, gira en torno a un doble movimiento: por un lado, al de la formación de un consejo científico internacional sobre los principios metodológicos, que anticipe, por otro lado, la formación de un consenso internacional sobre los principios éticos y jurídicos”.(Amiel, 2014: 23) 

Los sucesos de Nüremberg nos demuestran que los métodos aplicados en la investigación no siempre son los adecuados. Como resultado de los juicios de Nuremberg surge un decálogo de principios que deben ser considerados desde la ética, la moral y la legalidad en toda experimentación que se lleve a cabo en personas. “Señala, en primer lugar, que es éticamente inaceptable experimentar con seres humanos sin su consentimiento voluntario y que tal investigación debe tener como finalidad buscar el beneficio de la sociedad, evitando todo sufrimiento físico y mental innecesario” (Hall, 2017: 9). 

Laboratorio de experimentación nazi dentro del Campo de concentración de Struthof-Natzweiler en la región anexada al Tercer Reich de Alsacia. Foto Patricia Mancilla.

Nuremberg no fue el único lugar en el que se cometieron experimentos inaceptables contra las personas. En 1966 el Dr. Henry K Beecher publicó en el New England Journal of Medicine un artículo titulado Ethics and Clinical Research en el que enumeraba la existencia de al menos 50 experimentos llevados a cabo en Estados Unidos que no cumplían los estándares éticos, y no se aplicaba el consentimiento válidamente informado. Beecher aún abarcó más campos. Fue uno de los primeros en plantearse problemas de seguridad clínica en la práctica de la anestesia. 

Con los ejemplos anteriores, se puede observar que la población sometida a procesos de investigación clínica se caracteriza por catalogarse como grupo vulnerable.  

Comités de ética en investigación 

Los Comités de ética en investigación (en adelante CEI), son los responsables de velar por la dignidad del participante, especialmente de las poblaciones más vulnerables sometidas a una investigación clínica. Sirven como una guía para respetar la autonomía de los pacientes en una investigación, tratar al otro como fin: “El hombre es fin tanto para sí mismo como para los demás, y no basta con que no esté autorizado a usarse a sí mismo como medio ni a usar a los demás” (Kant, 1993: 249). 

Entender que el otro, es un fin, ayuda a los investigadores a cooperar en el cuidado del vínculo de los cercanos, porque los seres humanos necesitamos del cuidado mutuo para sobrevivir, porque somos seres vínculados a otros, lo que nos da la capacidad de actuar con prudencia solidaria incluso con los más vulnerables que son dignos de respeto y compasión. Es más inteligente y eficaz trabajar en sociedad respetando los derechos humanos comunes como la dignidad. El trabajo de los CEI se caracteriza por ser democrático, pues buscan tomar en cuenta diferentes opiniones para llevar a cabo su labor deliberativa, desde una discusión interdisciplinar, con conocimiento especializado sobre la problemática científica actual para abordar los dilemas desde los diferentes escenarios posibles 

Los CEI se encargan de revisar las consideraciones éticas de los protocolos de investigación clínica, tienen una función deliberativa, autónoma, consultiva y plural, vigilan la aplicación de normas técnicas y el respeto por las leyes en cuanto a investigación con sujetos humanos. Una de sus labores es tender puentes de entendimiento entre el investigador, el patrocinador, y el participante de la investigación y hasta la sociedad. 

Otra misión del comité de ética en investigación es velar porque el uso de recursos sea utilizado desde la perspectiva de la justicia y la equidad. Además, tienen la obligación de dar seguimiento de control a los protocolos que ya aprobó y verificar si efectivamente el investigador está llevando a cabo la investigación con ética. En caso de que exista una conducta que deba ser sancionada dentro de la investigación, el CEI tiene que dar aviso a la autoridad correspondiente. 

Los Comités de Ética surgen como resultado de las atrocidades de la experimentación biomédica aplicada en participantes humanos, muchos de ellos fueron: presos, enfermos mentales, indígenas, niños; personas que se caracterizan por estar en una situación de vulnerabilidad y que sin dar su consentimiento fueron sometidos a tratos crueles e inhumanos en experimentación con fines “científicos,” sin criterios éticos o morales que los guiarán. Hombres tratados como medios para satisfacer la “ambición científica” de médicos, investigadores o grandes compañías. 

La ética en la investigación invita a los científicos, técnicos, médicos e investigadores a ser profesionales en sus servicios, desarrollar hábitos que los lleven a la excelencia e integridad, como resultado de la práctica de investigaciones éticas serán destacados por el respeto de sus compañeros y colegas, con prestigio, porque su compromiso es con las personas concretas, por ende, con las sociedad (Cortina; 2013: 139). Ser personas éticas no es un proceso fácil, sin embargo los CEI pueden ser un punto de apoyo.

Referencias:

  • Amiel; Del hombre como conejillo de indias, El derecho a experimentar con seres humanos. Fondo de Cultura Económica 2014
  • Cortina, A. (2013) ¿Para qué sirve la ética? Barcelona, España: Paidós 
  • Hall, R., & cols. Ética de la Investigación Científica.[sede Web]. Mexico: Universidad Autónoma de Querétaro; 2014 [actualizado 12 de octubre; acceso 12 de octubre del 2017]
  • Kant, I. (1993) Metafisica de las costumbres, trad. y notas Adela Cortina, estudio preliminar Adela Cortina.España: Altaya. 
  • Diccionario de la Real Academia Española, Recuperado de http://dle.- rae.es/?id=M3a7YOZ