El pasado 28 de agosto de este año, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Italia por incoherencia en su sistema legal, pues por un lado prohibió recientemente (y de modo éticamente correcto) la selección de embriones in vitro por diagnóstico genético pre-gestacional (DPG), mientras que por otro lado permite el aborto por múltiples causas en su país.
La historia de la demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos comienza pocos años antes cuando una pareja italiana abortó a su hijo por presentar la enfermedad hereditaria de fibrosis quística.(**) Posteriormente esos padres quisieron tener un hijo sano, para lo cual acudieron a la fertilización asistida y al DPG. Para este diagnóstico prenatal, se “producen” varios embriones y se seleccionan aquellos que no lleven el gen dañado, los demás, tanto los enfermos como los portadores sanos son eliminados.
Como un hecho positivo la ley italiana prohíbe la selección de embriones in vitro por el DPG. Esta ley prohíbe este tipo de eugenesia a fin de: “proteger la salud del niño y de la mujer, … así como evitar la proliferación de comportamientos eugenésicos”.
La pareja que solicitó este tipo de eugenesia acudió al tribunal de Derechos Humanos Europeo por juzgar que se trataba de una intromisión en su vida privada y familiar; el Tribunal le dio la razón a la pareja y condenó al gobierno italiano a pagar una compensación de 17,500 euros (21,900 dólares).
El caso tiene varias irregularidades: el primero es un problema de procedimiento, pues no se recurrió previamente al tribunal italiano, cuando la ley indica que antes de acudir al tribunal de Estrasburgo se debe recurrir al tribunal nacional. Además, el tribunal europeo critica a la ley italiana por ser contradictoria pues por un lado protege a los embriones contra la eugenesia, pero por otro lado la ley italiana permite el aborto y en último término ambas leyes se contradicen; pero si el problema es la contradicción de leyes, ¿no sería equitativo exigir que se cambie la ley que permite el aborto?.
Por coincidencia, el gobierno español está buscando un cambio legal para proteger al embrión contra el aborto eugenésico. Cambio que también se ve difícil, ya que España permite el aborto “ad libitum” (a libre solicitud, sin necesidad de justificación legal) de bebés sanos hasta la semana 16 del embarazo, se ve difícil limitar el aborto de embriones enfermos si antes no se limita este aborto a libre elección.
En ambos países se repite el dilema: por un lado se proponen leyes contra la eugenesia, lo que es muy bueno, pero la ley contra la eugenesia servirá solamente si se evita la discriminación del no nacido, en primer lugar del embrión sano. Mientras se permita el aborto en embriones y fetos sanos, ¿hay modo de evitar la eugenesia en embriones enfermos?.
Parecería que no: dice el dicho legal: quien puede lo más puede lo menos: y si se puede abortar un embrión sano parece que, con mayor razón legalista, se puede abortar un embrión enfermo y más aún en etapa temprana de desarrollo embrionario. Es muy positivo que ambos países busquen evitar la eugenesia, pero se requiere una protección más amplia del no nacido y no sólo del no nacido y enfermo.
Lo más preocupante de esta decisión del Tribunal Europeo no es el apoyo a ese caso concreto, sino es que prácticamente le quita toda protección a los embriones, y deja la puerta abierta a la eugenesia y quedando los embriones en mayor indefensión. Parecería que Europa ha olvidado los efectos desastrosos de las ideas eugenésicas de primera mitad del siglo XX y nos lleva nuevamente por los vericuetos de la eugenesia que fue una causa importante de la IIa Guerra Mundial.
Cabe además hacer una distinción. Por eugenesia se entienden las medidas encaminadas a perfeccionar la raza evitando la procreación de bebés con defectos genéticos, pero en este caso no se está evitando la procreación, sino que se están eliminando los enfermos. Más que eugenesia nos encontramos ante una nueva variante de eutanasia pre-natal.
Da pena que en una época donde la genética avanza a pasos agigantados, la única solución que se proponga a los pacientes genéticos en lugar de curarlos, sea aplicar la eutanasia. Aunque apenas existe terapia para pocas enfermedades genéticas, vale la pena recordar la historia de la rabia: antes de encontrar la vacuna contra ésta había un movimiento que sugería eutanizar a todos los pacientes con rabia. En 1885 Louis Pasteur encontró la vacuna que resolvió el problema de la rabia.
Los pacientes con defectos genéticos han jugado un papel muy positivo en la humanidad: gracias a ellos se conoce la función de muchos de nuestros genes. El daño en un gen muestra la función del mismo. Pero en el caso de enfermos genéticos existe en la actualidad una gran discriminación contra ellos, son abortados por miles en países avanzados. Además ahora con la tecnología avanzada del DPG será más fácil identificar pacientes con defectos genéticos y la única solución que se está proponiendo para ellos es el aborto.
Resolver una enfermedad por eutanasia conlleva dos grandes problemas: se lesionan los derechos del paciente, en este caso del paciente no nato, pero además se detiene la investigación de esa enfermedad. La solución científica sería exactamente lo contrario, promover la investigación de estas enfermedades para encontrar su correcta terapia génica.
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(*) El Dr. Manuel Ramos Kuri es el Director de la División de Bioética del Centro de Investigación Social Avanzada.
(**) La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria fatal en etapa juvenil y que causa la presencia constante de infecciones en los pacientes, infecciones en intestino y pulmón donde se resuelven formando finalmente áreas de tejido fibroso cicatricial y quistes.