Patricia Raquel Mancilla Dávila|
El objetivo por el cual se conmemora el día mundial de la seguridad del paciente es para crear conciencia en los gobiernos y en la sociedad sobre la importancia de adoptar medidas de seguridad para los trabajadores de salud y su interrelación con la seguridad de los pacientes.
La OMS invita a los profesionales de la salud y a las instancias normativas que los regulan a revisar y actualizar las políticas que aseguren un entorno laboral propicio, por lo que este 2020 la campaña estará enfocada en el cuidado del personal de salud que atiende la emergencia que desencadenó la pandemia por SARS-Cov-2 o Covid-19, como prioridad para la seguridad de los pacientes.
Entre los objetivos de la campaña 2020 destacan “adoptar estrategias multimodales para mejorar la seguridad del personal sanitario y los pacientes, implementar las medidas urgentes y sostenibles que reconocen la seguridad del personal sanitario como una prioridad para la seguridad de los pacientes y reconocer la dedicación del personal sanitario y su ardua labor, en medio de la pandemia por COVID-19” (OMS, 2020).
Visibilizar las dificultades a las que se enfrenta el personal sanitario cuando el propósito es atender lo mejor posible a sus pacientes y no se cuenta con todos los recursos para tal fin, porque se enfrentan a una enfermedad desconocida que es altamente contagiosa, por la exposición al virus durante largos períodos, porque no se cuenta con los materiales suficientes, porque no existe un medicamento que cure la enfermedad o que sea totalmente efectivo para mitigar los síntomas, por la situación de estrés constante que viven día a día y que se incrementa con la pérdida de colegas que mueren víctimas de la enfermedad, por la falta de tiempo para atender su vida personal y procurar el cuidado y la cercanía de sus seres queridos.
Con la enfermedad emergente por coronavirus se han normalizado el uso de medidas de protección sanitaria como son el lavado de manos, el cubre bocas, el uso de mascarilla o careta, los guantes, las botas y los trajes de protección para evitar los contagios, de cierta manera nos hemos puesto en los zapatos de los médicos con estos cuidados, sin embargo aún con todas las precauciones el índice de contagio del personal de salud relacionado con la atención al COVID-19 es muy alto.
Según un análisis realizado por Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, tan sólo en México en los hospitales y clínicas públicos “el personal de salud muere seis veces más que en China por el virus SARS-Cov-2, y el doble que en Italia y cinco veces más que en Estados Unidos” (Ramírez, 2020).
La pandemia también ha evidenciado las carencias con las que se trabaja en los centros de salud, al no disponer del material y los equipos suficientes para realizar su labor el entorno laboral se vuelve inseguro tanto para el personal, como para los pacientes. Si esto sucede en las grandes ciudades seguramente las condiciones de las clínicas comunitarias son deplorables, frente a estas situaciones los problemas de calidad en la atención sanitaria y los dilemas éticos a los que se enfrenta el personal sanitario son inevitables.
En el ámbito médico es conocido el aforismo “primum non nocere”, que significa “primero no hacer daño” porque antes que nada la primera acción del personal de salud es no dañar al paciente, pero en está situación de crisis sanitaria este principio ético también debe aplicarse a la inversa “primero no hacer daño al médico”, hay que pensar cómo podemos ayudarlos, o por lo menos cómo no hacerles daño.
Somos corresponsables de nuestra salud, es nuestra responsabilidad portar el cubre bocas para evitar infecciones, por ejemplo si los portadores de covid se quedaran realmente en casa, se evitarían muchas muertes y en corto plazo la economía se reactivaría. La seguridad del paciente no depende sólo del personal de salud, también depende de otros pacientes y de lo honestos que puedan ser al exponer sus padecimientos cuando se realiza la historia clínica.
Otro aspecto importante de señalar en el cuidado de la seguridad de los pacientes es la contención psicológica que recibe el personal de salud, es quizá la consulta más necesaria en estos tiempos de crisis, es que cuidar a otras personas a la larga genera estrés y ansiedad en los cuidadores.
La depresión es una enfermedad silenciosa difícil de sobre llevar que en casos muy graves termina con el suicidio, se sabe que el índice de suicidios entre los médicos es mayor que en la población en general (Mingote, 2013).
Desde antes de la pandemia en México los trabajadores de salud se enfrentan a situaciones de riesgo como la violencia, inseguridad, accidentes de trabajo, situaciones que lamentablemente son comunes entre los ciudadanos de este País, pero en la práctica médica hay que incluir la estigmatización, prejuicios, acoso, amenazas, el riesgo de exposición a infecciones y a enfermedades, lidiar con la muerte en el ejercicio de la profesión
En el día mundial de la seguridad del paciente es preciso sensibilizarnos para vigilar y atender la salud física y mental de los trabajadores de salud, finalmente cuidar a los que nos cuidan, es cuidarnos.
Referencias:
- Mingote Adán, José Carlos, Crespo Hervás, Dolores, Hernández Álvarez, Matilde, Navío, Mercedes, & Rodrigo García-Pando, Consuelo. (2013). Prevención del suicidio en médicos. Medicina y Seguridad del Trabajo, 59(231), 176-204. https://dx.doi.org/10.4321/S0465-546X2013000200002
- OMS (2020) “Día mundial de la seguridad del paciente”. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/events/detail/2020/09/17/default-calendar/world-patient-safety-day-2020
- Ramírez, S (22/07/ 2020) “En México el personal de salud muere seis veces mas que en China por COVID-19”. Mexicanos contra la corrupción y la impunidad. Recuperado de: https://contralacorrupcion.mx/contagios-medicos-covid-19/