El cuidado de los ancianos es la salvaguarda de la civilización

Por Giampiero Aquila.

El cuidado de los ancianos es la salvaguarda de la civilización; los nexos entre generaciones, es decir la cohesión que se da entre las vicisitudes de las vidas personales van relacionándose entre las generaciones y van formando lo que llamamos historia (la personal y la Historia con mayúscula) es una característica propia de la vida de nosotros los humanos y esto nos distingue de cualquier otro viviente.

 

Si miramos lo poco que nuestra biología ha cambiado en los últimos cinco mil años, por ejemplo, y lo mucho que el mundo humano ha cambiado, lo podemos atribuir solamente a un hecho: el salto cualitativo que existe entre la vida biológica y la vida humana.

La vida biológica queda inscrita en el circulo cerrado de la necesidad y seguramente los humanos estamos incluidos en esta dimensión. Estamos incluidos pero no encerrados, los humanos no vivimos de la satisfacción de necesidades sino que vivimos por la realización de los deseos.

Seguramente tenemos cualidades biológica más eficientes que hace sólo 100 años: somos más altos y longevos que en la época de Sócrates, pero la realidad no sería más humana por que existen individuos que viven hasta los 120 años. “¿A caso el fin de la vida es vivir?” le hace decir Claudel a una de sus personajes.

No es el mero vivir lo que le otorga sentido a la vivencia, para que esta sea realmente experiencia humana es necesario que sea afrontada como verificación de una hipótesis que otras generaciones nos ofrecen y como propuesta transmitida a quien nos seguirá. Esto es lo que ordinariamente llamamos tradición, sin la cual viviríamos el presente a expensas de nuestros antojos o de la presión social.

La civilización es este entretejerse de estirpes que se cruzan y van hilvanando largas historias familiares multigeneracionales creando un articulado balance de deudas y créditos intergeneracionales que nos vinculan con ancestros que no conocemos y al mismo tiempo nos proyectan hacia deudos que no conoceremos.

Ante ambos tenemos responsabilidades con las que cumplir que nos enraízan en la realidad que de otra forma simplemente disfrutaríamos como refresco en envase desechable.

La grave crisis ecológica que estamos afrontando también está ligada a esta pérdida de vínculos entre generaciones: recibimos un mundo que si fuera el legado de nadie y no tenemos a nadie a quien heredárselo en buen estado, es así que se ha vuelto, nuestra tierra que es nuestro mundo, un envase desechable.

 

La jornada mundial de los abuelos y los mayores

El pasado 21 de junio, Papa Francisco presentó la primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, para que se celebre cada cuarto domingo de julio, que este año cae el día 25. Esta celebración hace el par con el Día Internacional de las Personas de Edad que la ONU celebra cada 1º de octubre.

Pensar que el cuidado de los ancianos es la salvaguarda de la civilización significa también tener en la mira que la realidad de los adultos mayores es algo que se nos ofrece como un fenómeno de gran importancia también a nivel sociológico.

Basta observar la siguiente gráfica que compara la pirámide poblacional mundial del año 2000 con las proyecciones al año 2050 (ACHC,s.f):

En general los estudios indican que el “ensanchamiento” de la parte mediana de la pirámide, que le va dando forma de “trompo”, está vinculado con dos factores esenciales: la de natalidad y el alargarse de la expectativa de vida, hay menos niños que nacen y vivimos más tiempo.

Si queremos meterle un poco de lupa a este aspecto podemos mirar qué está sucediendo en México respecto al envejecimiento. Aún considerando que se encuentra levemente por encima de la tasa de reemplazo, con 2.07 hijos por mujer en edad fértil de 15 a 49 años (INEGI, 2020), la tasa de envejecimiento que se muestra a continuación (INEGI, 2020) muestra cuanto la proporción entre la nuevas generaciones y los adultos mayores se va desplazando de manera acelerada hacia estos últimos:

Estamos en un mundo que envejece rápidamente, guiado por un mito de bienestar concebido de manera autoreferencial, orientado a la creación de bienes y de riquezas para sí mismo y con este paso el grande riesgo es que los padres de hoy, no podrán ser los abuelos del mañana.

 

El arquetipo del mito de Eneas

La vida humana engarza las generaciones de tal manera que la historia vivida se vuelve una epopeya, como mito fundante de las estirpes familiares como de los pueblos.

Los mitos, familiares o de las civilizaciones sabemos que expresan la verdad del sentido del vivir, inscriben los hechos particulares en un horizonte de significado que nos permite vivir las alegrías con ironía y los males con paciencia.

El papel de los abuelos está justamente en marcar este horizonte de significado, hacerlo presente en forma de experiencia vivida, de testigo presente y por lo tanto en parte esencial de la biografía de las generaciones que le siguen.

En las postrimerías del siglo XVI, Federico Barocci, un pintor manierista, pintó la Fuga de Eneas de Troya. El cuadro retrata a un hombre que avanza fatigosamente, en equilibrio precario, entre los escombros de la ciudad que arde a sus espaldas.

Es un héroe en la plenitud de su vigor físico y sin embargo se dobla bajo el peso de su padre enfermo y su hijo pequeño que se aferra a su ropa, como vemos a menudo los niños aferrados a las faldas de sus madres.

La imagen describe una alegoría potente de la condición de la humanidad: las épocas de la juventud, adultez y senectud.

Sin embargo Eneas que, en el mito de Virgilio, pone a salvo la civilización, expresa también un valor eminentemente político.

¿En qué consiste?

Para mirarlo adecuadamente tenemos que simplemente mirar a cómo el mundo ha tratado de responder a la emergencia sanitaria que este maldito virus ha provocado en todo el mundo. En México, como en todos los países, que yo sepa, la prioridad de la vacunación ha sido ordenada de acuerdo la edad iniciando por los más ancianos.

 

Esto significa salvar ante todo los más frágiles, los que están sostenido por un hilo sutil a la existencia, significa salvar el viejo padre Anchises a costa de cargarlo a hombros.

Este criterio supone una idea de humanidad, responde a la pregunta sobre la esencia de lo humano: los humanos somos quienes socorremos los más frágiles, los discapacitados, los enfermos, los ancianos de su propia especie y también las fragilidades de formas de vida diferentes de la propia trátese de animales, plantas o ríos.

Todas las especies protegen sus crías, pero ninguna especie custodia sus ancianos. Nosotros lo hacemos y esto nos hace humanos.

 

 


Referencias

 

Asociación Colombiana de Hospitales y Clínica . (s.f). El Envejecimiento de la población mundial. http://achc.org.co/hospital360/contextos/demografico/Envejecimiento/Envejecimiento_de_la_poblacion_mundial.pdf

INEGI. (2020). Comunicado de Prensa No. 209 “Estadísticas a Propósito del Día de la Madre. Datos Nacionales”. INEGI. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/madre2020_Nal.pdf

INEGI. (s.f). Datos de Población. https://www.inegi.org.mx/temas/estructura/