Elio Sgreccia: una bioética ontológicamente fundada

Por José Enrique Gómez Álvarez.

 

Elio Sgreccia es conocido como un defensor de la bioética personalista ontológicamente fundada. La idea central de Sgreccia es el concepto de dignidad humana. La dignidad humana implica un respeto absoluto de las personas en cualquier etapa del desarrollo de la misma. En ese sentido, Sgreccia señala que en la vulnerabilidad, las personas deben ser valoradas y cuidadas. La bioética se funda en una antropología: partir de la dignidad humana como un conocimiento cierto derivado  de la fenomenología del ser humano y de la reflexión desde una metafísica del ser. La fenomenología y la metafísica muestran que el ser humano es persona en cualquier etapa del desarrollo.

El propio Elio Sgreccia señala que la tradición aristotélica tomista es la tradición que él sigue, además del Personalismo (Pérez, 2018) que está presente en autores como Mouniers, Maritain, Gemelli y otros.  La persona humana es el fin de la reflexión ética. La selección del personalismo no es arbitraria, una ideología “más” entre otras (Sgreccia, E. 1996). Sgreccia considera que la bioética ontológicamente fundada, como él le llama, no es opuesta y es incluso armónica con el Catolicismo. No obstante, no se confunde con la religión ya que es posible dar una respuesta racional fundamentada en una antropología, que puede compartirse con interlocutores que profesen otras religiones o ninguna. No obstante, Sgreccia remite en su Manual de Bioética a documentos del Magisterio de la Iglesia Católica ya que considera que: “ … esto me parece legítimo, incluso en un tratado esencialmente filosófico-moral” (Sgreccia, M. 1996: 17). Sgreccia apunta que hay dos razones. La primera es que la bioética tiene una autonomía racional que no queda alterada por la presencia de los documentos de la Iglesia  y por otra parte, el Magisterio puede aportar al conocimiento  sobre temas de Bioética.

El mismo Elio Sgreccia comenta la naturaleza del personalismo que defendió:

En cuanto al personalismo, cuando decidí examinarlo como criterio para evaluar las problemáticas bioéticas, me di cuenta que la palabra era usada con significados diversos por existencialistas, por seguidores de la filosofía hermenéutica, por el pensamiento liberal en general y frecuentemente venía a indicar la centralidad de la libertad y la autonomía moral, mientras por parte mía había captado la necesidad y la claridad del fundamento metafísico del ser, que comprende todo el arco existencial del individuo humano, para el cual he asumido desde el inicio la fórmula del “personalismo con fundamento ontológico”, para distinguirlo entre los diversos posibles personalismos (Pérez, M. 2018: 146).

Sgreccia plasmó su pensamiento en su Manual de Bioética que se ha traducido a múltiples idiomas y que se ha constituido en una referente, al menos en el ámbito personalista y Católico. Su Manual es considerado por Sgreccia el trabajo más importante y que expresa mejor su pensamiento. (Pérez, M. 2018).

Sgreccia asimismo plantea algunos principios prácticos de aplicación de la Bioética:  el principio de totalidad, el de solidaridaridad-subsidariedad, el de libertad responsabilidad y el valor de la vida física. (Pérez, M. 2018).

El principio de totalidad: es lícito prescindir de una parte del cuerpo para poder preservar la vida del individuo. Así, una operación que elimina el apéndice producto de apendicitis es lícita de acuerdo a este principio.

El principio de solidaridad-subsidariedad: La persona está dentro de una comunidad. Lo anterior implica el beneficio por parte de la comunidad y viceversa. En caso de necesidad social se debe proporcionar ayuda a quien lo necesite en la proporción que lo necesite: cuidar más a quien está más necesitado, por ejemplo, pero sin sustituir la libre iniciativa de los entes intermedios sociales, como las asociaciones de ciudadanos, sino mas bien sostenerlos en su funcionamiento. El “Principio de Subsidiaridad” puede definirse también como Solidaridad.

El principio de libertad responsabilidad: La persona es libre, pero para escoger el bien de sí mismo, de la comunidad y de la realidad no humana, como la vida del planeta. No puede desligarse libertad de responsabilidad. La bioética debe de ser responsabilidad individual y social.

El principio del valor de la vida física: Las personas no pueden existir sin tener cuerpos. La vida física es un valor fundamental. La libertad no puede darse si no se posee la vida. La vida es previa a la libertad por lo que no puede anteponerse la segunda a la primera, ya que suprimiría la propia libertad.

Sgreccia considera en pocas palabras que el problema principal en la modernidad es el de la autonomía, entendida como decisión arbitraria en el plano moral y la pérdida de la búsqueda y el reconocimiento de poder acceder a la verdad. La reflexión metafísica religiosa se constituye así en una prioridad.

Otro elemento conocido de Sgreccia es el método del triángulo. Sgreccia mismo señaló que quería ser recordado por el método:

Otro factor que quisiera que recuerden cuantos se dedican a la Bioética es la metodología que es exigida para construir el juicio en ámbito bioético: tal metodología ha sido definida triangular, porque es el resultado: a) del examen descriptivo de la realidad biológica o biomédica sobre la base de las ciencias biomédicas, sobre las cuales b) se coloca el interrogativo central sobre quién es el sujeto agente y/o sobre el cual se actúa (aspecto filosófico); en fin c) es necesario aún preguntarse si la acción que se pone en acto (por ejemplo el diagnóstico prenatal) sea buena o no respecto a la persona o a las personas que son sujeto activo o receptivo de la intervención. (Pérez, M. 2018: 150).

Este método está conectado con el supuesto básico ya señalado: la dignidad de la persona. Esta dignidad está enlazada con la concepción ontológica del ser humano en donde persona no se confunde con personalidad o la manifestación de todas potencialidades humanas. Así, incluye a las personas en cualquier etapa de desarrollo que se encuentren: sea un embrión a una persona en estado vegetativo persistente. (Pessina, A. 2007).

El triángulo así con sus tres vértices implica una unidad de la realidad de la valoración moral. Se requieren las tres condiciones para tener un verdadero juicio ético. El juicio bioético requiere un acercamiento interdisciplinar.  No puede darse una respuesta adecuada a los bienes humanos tutelados, sin una reflexión con las ciencias biomédicas, sociales y otras pertinentes para obtener un juicio práctico valorativo que no solamente evalúe la situación sido que de lugar a una prescripción. La valoración no puede quedarse en un juicio en donde “opcionalmente” se ajuste o no la persona.

Sgreccia defiende así una bioética que puede acceder a la verdad, a la verdad sobre el hombre, que da pauta de los bienes humanos en juego que hay que tutelar. Señala Pessina: “Pero los tres lados del triángulo pueden ser trazados porque hay algo que pone en común a los tres vértices y los vuelve comunicantes permaneciendo las diferencias y esto es precisamente el significado análogo de la verdad (2007: 72).

 


 

Referencias

Pérez, M. (2018). El debate en bioética. El personalismo en el pensamiento de Elio Sgreccia. Entrevista a Elio Sgreccia. Medicina y Ética 1.

Pessina, A. (2002). La cuestión del método desde la perspectiva de la bioética personalista. En Comités hospitalrios de Bioética. México: Manual Moderno.

Sgreccia, E. (1996). Manual de Bioética. México: Editorial Diana.