Por Marcelo Bartolini Esparza [i]
Cuando vemos que el Presidente de la República hace referencia a una cita bíblica en redes sociales (Redacción, 2019), declara a los medios de comunicación que se siente tranquilo y seguro ante la pandemia del Covid porque siempre carga en su cartera el “detente” (con la imagen del sagrado corazón de Jesús), (Redacción, 2021a), o aclara que es cristiano y seguidor del pensamiento y de la obra de Jesús, porque es el luchador social más importante que ha habido en el mundo (Redacción, 2021b), pareciera que la época de los enfrentamientos entre el Estado y la Iglesia Católica, tales como la Guerra de Reforma, la Guerra Cristera y el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede por más de un siglo, son cosas que han quedado en el pasado.
Actualmente, se pudo apreciar a una de las candidatas a la presidencia del país vistiendo una falda con una imagen de la Virgen de Guadalupe en un acto público (Sáinz, 2023), situación que era impensable unos años atrás. Es más, hemos sido testigos, a través de los medios de comunicación, de la visita al Vaticano de ambas candidatas a la presidencia, para reunirse por separado con el Papa Francisco. (Redacción, 2024; Corona, 2024)
Todo esto podría apuntar hacia un enorme avance en materia de libertad religiosa en nuestro país, puesto que los candidatos y funcionarios públicos pueden manifestar libremente sus creencias religiosas.
Sin embargo, al revisar el texto vigente de nuestra Constitución federal, todavía aparecen una cantidad pasmosa de restricciones en contra de los ministros de culto (sacerdotes, pastores, rabinos, etc.) que les impiden ejercer los cargos de Diputado Federal,[1] Senador,[2] Presidente de la República,[3] para desempeñar cargos públicos,[4] para ser votados en elecciones populares,[5] para asociarse con fines políticos o realizar proselitismo,[6] para oponerse a las leyes del país o a sus instituciones,[7] para agraviar los símbolos patrios,[8] y para celebrar en los templos reuniones de carácter político.[9] Al grado que, las congregaciones religiosas están obligadas a impartir una educación laica en nuestro país[10] y pueden adquirir exclusivamente los bienes que sean indispensables para su objeto.[11] Además, están impedidas para poseer o administrar concesiones para la explotación de radio y televisión,[12] entre otras limitantes.
Entonces, ¿cómo se puede explicar esta enorme distancia entre la narrativa política y el marco normativo que todavía regula a los ministros de culto como si fueran una categoría sospechosa?
Una pista que se podría ofrecer a nuestros amables lectores para resolver esta interrogante consiste en atender a la manipulación del lenguaje y de los símbolos religiosos con fines políticos, especialmente durante las campañas electorales.
Bajo esta hipótesis, se podrían encontrar candidatos y funcionarios públicos que hacen genuina expresión de su libertad religiosa y algunos otros que solamente usan este lenguaje y símbolos religiosos de manera deliberada para mostrarse más cercanos al pueblo, aun cuando hayan reconocido previamente que ni siquiera son creyentes.
Para distinguir entre unos y otros, se podrían tomar en consideración dos criterios: la finalidad del acto público y sus consecuencias. En la medida en que un candidato o funcionario público use el lenguaje y símbolos religiosos para contribuir a que las personas puedan rendir culto a Dios, libres de toda coacción externa (Concilio Vaticano II, 1965), y a vivir en la verdad de la propia fe, de conformidad con la dignidad trascendente de la persona (Juan Pablo II, 1991), se podría entender que dicho candidato o funcionario público ejerce de manera auténtica la libertad religiosa.
En cambio, cuando un candidato o funcionario público usa el lenguaje y símbolos religiosos con un propósito diverso, generalmente orientado a obtener un beneficio para sí mismo, que puede traducirse en términos de poder, riqueza, placer o vanagloria, lo más probable es que pretenda manipular el sentimiento religioso de nuestro pueblo.
Conclusión. Para conocer mejor las intenciones de un candidato o funcionario público no basta quedarse con las palabras y promesas de campaña, hay que remitirse a los hechos y evidencias disponibles, para determinar tanto su veracidad como su congruencia.
[i] Licenciado en Derecho. Maestrando en Derecho Constitucional y Derechos Humanos. División de Ciencias Sociales y Jurídicas.
[1] Art. 55, fracción VI, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[2] Art. 58 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[3] Art. 82, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[4] Art. 130, inciso d), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[5] Art. 130, inciso d), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[6] Art. 130, inciso e), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[7] Art. 130, inciso e), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[8] Art. 130, inciso e), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[9] Art. 130, inciso e), párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[10] Art. 3º, fracción VI, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[11] Art. 27, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[12] Art. 16, párrafo segundo, de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
Referencias
Redacción. (20 de abril de 2019). “Cita López Obrador frase bíblica”, La Jornada. https://n9.cl/qhh41
Redacción. (1 de enero de 2021a). “Cuando AMLO mostró el “detente” y dijo que contra el Covid ayuda mucho “no mentir y no robar”, El Universal. https://n9.cl/0xal96
Redacción, (4 de junio de 2021b). “Soy seguidor de Jesucristo: AMLO aclara que él es cristiano”, El Financiero. https://n9.cl/uxhsr
Sáinz, L. (17 de julio de 2021) “Uso y abuso de la imagen de la guadalupana”, El Heraldo de México. https://n9.cl/837y7
Redacción. (15 de febrero de 2024). “Xóchitl Gálvez señala que reunión con el Papa fue un “encuentro espiritual”; descarta oportunismo político”, Animal Político. https://n9.cl/5y6fro
Corona, S. (15 de febrero 204). “Sheinbaum se reúne con el Papa Francisco en el Vaticano; “me regaló grandes consejos de vida”, El Universal. https://n9.cl/bx92lm
Concilio Vaticano II, (1965). “Declaración Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa”, Estado Vaticano, puntos 1 y 2.
Juan Pablo II. (1991). “Carta Encíclica Centesimus Annus”, Estado Vaticano, punto 47a.