Para lograr una gobernabilidad democrática es necesaria la participación de la sociedad en diferentes aspectos que comprendan derechos y obligaciones de los ciudadanos.
De esta manera, siguiendo un orden democrático, se aseguran y refuerzan las decisiones de un país democrático como lo es la emisión del sufragio y así se respalda la soberanía del pueblo. La participación ciudadana a través de la emisión del voto, (el cual es inalienable, indelegable y libre) ejerce los derechos sociales, civiles y políticos, ya que éste, le da voz a los ciudadanos en las decisiones que los afectan en su desarrollo como personas y como seres sociales.
Es necesaria la presencia del ciudadano con distintas acciones o iniciativas que hagan valer no sólo su voz, si no también sus demandas para la satisfacción de las distintas necesidades que tengan, sean estas de salud, económicas, educativas, etc. Esta presencia del ciudadano, se ha reflejado en los índices de participación ciudadana del país en los últimos procesos electorales; según datos del IFE (Instituto Federal Electoral) en el 2006 la participación de los electores fue del 58.55%, mientras que en el 2012 fue del 63.14%, esta alza quizá sea por el desacuerdo en el manejo del país, o porque se ha tomado en cuenta la importancia de la participación de los ciudadanos en los distintos asuntos públicos, el resguardo de la legitimidad en las elecciones y de las consecuencias negativas o positivas que esto traiga.
Recordemos que la participación ciudadana no sólo es en lo político, si no también en lo individual (pagar cuentas, respetar reglas, participar honestamente en al economía del país, etc.) y en lo colectivo (a nivel comunitario, vecinos, trabajo, etc.); enriqueciendo el desarrollo de la sociedad y por consiguiente de sus actores.
Es decir, no es únicamente estar a favor o en contra de los sucesos que ocurren en la sociedad, si no que la participación evoca a incluir distintas opiniones y perspectivas, además de formar parte de las decisiones del país. Esta premisa es mayormente afectiva, si todos hacemos valer nuestros derechos y deberes; estaremos más involucrados en la toma de decisiones públicas.
Desde otra perspectiva la participación ciudadana es, inequívocamente equitativa e igualitaria para todos los ciudadanos, tomando en cuenta que los ciudadanos mexicanos son aquellos nacidos en territorio mexicano, mayores de 18 años que cuentan con credencial para votar y que tienen un modo honesto de vivir; es por esto que hablaba de la participación individual como ser ciudadano mexicano individual; en lo colectivo que habita y juega un papel determinado en territorio mexicano.
Retomando a Mauricio Merino en el cuadernillo de divulgación de cultura democrática nos explica que la participación ciudadana “funciona de acuerdo con el entorno político y con la voluntad individual de quienes deciden participar” (Merino,2001:6), podemos comprender que la participación es maleable en cada sociedad, dependiendo de su historicidad y de sus procesos económicos, políticos y sociales y a su vez dependen de los actores sociales.
La participación ciudadana trasciende e influencia a los distintos entramados públicos, la participación no sólo tiene que ser vista como un derecho, es un deber y un instrumento para ejercer nuestros derechos y hacer valer nuestras demandas, es por eso que la participación ciudadana debe de ser vista con responsabilidad, conciencia crítica y analítica.
Bibliografía:
Merino Mauricio (4 ed)(2001).Cuadernillo de divulgación de la cultura democrática: La participación ciudadana en la democracia. IFE. México: DF http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/colecciones/ciudadania/la_participacion_ciudadana_en_la.htm