El pasado sábado 20 de septiembre de 2025, el CISAV acompañó a través de una serie de reflexiones, una iniciativa de la Diócesis de Querétaro en torno al importante tema de la Paz. En su calidad de Observatorio de la Realidad, los participantes del CISAV destacaron el doble estándar sobre el que la población de la región percibe el tema de la inseguridad y la violencia, y por ende, la necesidad de construir la paz. Por un lado, en razón del tiempo las personas que han vivido aquí, consideran que en los años recientes el clima de seguridad ha sufrido un notable deterioro. Por otro lado, en razón del lugar de procedencia, la percepción mayoritaria apunta a considerar que en el territorio de la diócesis se encuentran seguros, en virtud de que en sus regiones o estados de origen es mayor el clima de inseguridad.
Lo cierto es que la región es una zona prometedora en términos de desarrollo económico, sin embargo, ello conlleva el riesgo de un crecimiento impersonal en el que no se brindan las condiciones necesarias para generar conciencia de comunidad. Esto es importante pues los expertos señalan que, para romper los ciclos de violencia, es necesario fortalecer el sentido de comunidad. Por ello se profundizó en que, si bien una comunidad involucra una serie de relaciones, no se debe perder de vista que se requiere también un sentido de pertenencia cuyo objetivo sea el bien común.
Se resaltó que, como comunidad católica esta pertenencia tiene su fundamento en la unidad que nos brinda el ser Iglesia. Además, como comunidad católica estamos llamados al diálogo y la apertura porque en nuestra esencia se encuentra inserta la universalidad. En ese sentido la comunidad católica puede aportar esa riqueza a la sociedad mexicana que hoy enfrenta graves desafíos. A través de la potenciación de tres elementos propios de nuestra fe, es posible también ser portadores de esperanza y de sentido para vivir. Esos elementos son: Una cultura que acoge al otro, le abraza. La recuperación de la religiosidad popular, así como la educación de su sentido profundo, y el testimonio de la Caridad y el Amor, como fuerzas vivas operantes en la historia que construyen humanidad.
Fotografía tomada de: Diócesis de Querétaro