Tres pequeños grandes cambios en las elecciones de 2015

En varias ocasiones he escuchado a Eduardo Bohórquez, Director Ejecutivo de Transparencia Mexicana, hablar acerca de las “reformas nano-estructurales”. Para Bohórquez, dado que siempre tendremos dinero, tiempo, información y apoyo político limitados, lo más razonable es trabajar en la mejora de procesos que pueden tener el mayor impacto posible. Apretar los “botones” adecuados no siempre requiere reformas faraónicas que impliquen un cambio total de la institución de que se trate, sus reglas o el entorno cultural. En una conferencia le escuchaba poner algunos ejemplos del combate a la corrupción. Nos platicaba que muchas veces se hacían análisis que rastreaban las raíces del problema hasta la cultura procedimental, la historia del lugar o de la institución, y los valores de los ciudadanos. Hacer este tipo de análisis causal a profundidad, aunque necesario en algunos casos, puede desalentar a las personas que desean realizar cambios concretos en corto tiempo. Si se piensan bien, los cambios pequeños pueden resultar ser grandes. Sin embargo es necesario afinar la mirada para poder localizar estas áreas de oportunidad, y saber ver los resultados a largo alcance.

En las elecciones del pasado 7 de junio tuve la oportunidad de ser 1er secretario de mi casilla, y me estuve acordando todo el tiempo del argumento de Bohórquez. Había tenido la oportunidad de ser presidente de casilla previamente, y en las elecciones de 2015 pude atestiguar tres cambios que, aunque parecen pequeños, trajeron mejoras importantes:

a. El inicio de la instalación de casilla a las 07:30 horas. Como se sabe, abrir los paquetes electorales antes de la hora establecida por ley puede ser causal de impugnación, y posible anulación, de los resultados electorales en una casilla. El problema usual era que la hora de inicio de instalación de la casilla coincidía con la hora de inicio del proceso electoral. Las 08:00 horas son usualmente interpretadas por los ciudadanos como la hora de inicio de la votación, lo que siempre causa molestias y enfados pues es imposible instalar una casilla en segundos. Con la posibilidad de iniciar el proceso de instalación a las 07:30 horas, si todos los funcionarios de casilla titulares se encontraban presentes, se pudo reducir a nivel nacional el número de incidentes relacionados con la tardanza en el inicio de la votación. Esta media hora extra, sumada a la paciencia de los ciudadanos que ya se encontraban formados, nos posibilitó iniciar la votación relativamente temprano, cerca de las 08:30 horas.

Instalar una casilla no es fácil. Además de acreditar a los funcionarios, armar las urnas, preparar la papelería y otros materiales, y contar las boletas, un representante de partido político por casilla tiene el derecho de poner un sello o su firma en cada una de las boletas, como un mecanismo adicional para cerciorarse que las boletas que se encuentran al abrir las urnas al final del día son efectivamente las mismas que se recibieron en el paquete electoral. Esto puede llevar mucho tiempo. Uno de los beneficios de ser funcionario de casilla es que uno aprende estos procesos; así, uno puede ser más paciente, consciente y responsable la próxima vez que se encuentre formado para votar.

b. El que tiene el mayor nivel de estudios que sea el secretario(a). En las anteriores elecciones, una vez que se formaba el grupo de ciudadanos que serían funcionarios titulares y suplentes de una casilla, generalmente se escogía como presidente al que tenía el mayor nivel de estudios. Sin embargo, esto no aseguraba que el conteo de los votos y el llenado de las actas se realizara sin problemas. Ahora, el Instituto Nacional Electoral (INE) decidió que el funcionario(a) con mayor nivel de estudios sería secretario(a). Una vez confirmado el nombramiento como secretario(a), el(la) Capacitador(a) – Asistente Electoral (CAE) ayudaba con los ejercicios de llenado de actas que vienen en el manual; también se ensayaba el orden correcto de apertura de urnas, conteo de votos, llenado de actas y armado del paquete electoral para su entrega en el Consejo Distrital. Respecto a este último punto, había que cerciorarse que el original del acta correspondiente se colocara en el expediente de la casilla (adentro del paquete) y que su copia se pusiera en el sobre del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) (afuera).

Parece que esta idea dio buenos resultados. En el caso de mi casilla, sin embargo, nuestro presidente era un ingeniero con una capacidad prodigiosa para calcular, muy por encima de mi propia capacidad numérica. Esta decisión también ayuda a contrarrestar el mito de que quien tiene maestría o doctorado es quien debería dirigir, y los que no tienen títulos universitarios se deberían dedicar al trabajo duro. En realidad, los títulos universitarios están para servir a los demás, y yo creo que muchos que tenemos posgrado tuvimos una oportunidad de oro para servir al país en el pequeño, pero laborioso, encargo de llenar actas de manera cuidadosa.

c. El fabuloso cuadernillo de ayuda. Cuando yo fui presidente de casilla en 2006, el llenado de las actas fue un asunto estresante, pues sólo había dos copias (o sea, uno sólo se podía equivocar una vez) y había que escribir muy fuertemente para asegurar que las copias de las actas fueran legibles. Ahora, con las mismas dos copias de acta y con más de diez copias disponibles, el asunto fue mucho más fácil gracias al cuadernillo de ayuda. En él se guía al secretario paso por paso, pidiéndole que realice un primer conteo y que asiente el resultado en el cuadernillo. Después se pide realizar un segundo conteo y asentar el resultado nuevamente. Si las cifras coinciden, entonces el cuadernillo dirige al secretario al lugar correspondiente en el acta donde se debe registrar el resultado oficial. Si no coinciden los conteos, pide que se repitan hasta que coincidan o se encuentre la causa de la diferencia.

Una buena ayuda adicional es que el INE utilizó un código de colores, no solamente en las urnas y las boletas (las boletas y urna de diputados era de diferente color a las de los gobernadores, por ejemplo), sino también en el acta, señalando cosas que hay que hacer antes y después de la votación, y lugares específicos donde asentar los números. La labor del secretario, en el fondo, es guiar el proceso para obtener resultados consistentes: que el número de boletas recibidas sea el mismo que la suma de las boletas con votos válidos + las boletas con votos nulos + las boletas sin usar; y que la suma de los votos para cada candidato o coalición dé por resultado el número de boletas encontradas al abrir la urna. En esto, el cuadernillo de ayuda fue el mejor amigo de los secretarios de casillas.

Tres pequeños cambios que son un ejemplo de las “reformas nano-estructurales” de Bohórquez. Muy bien por el Servicio Profesional Electoral; muy bien por el personal del INE; muy bien por nuestros CAEs. Han realizado tres cambios pequeños que, sin embargo, han mejorado substantivamente el funcionamiento de las elecciones en el país.

 

* Imagen tomada de www.poblanerias.com