Una política sin sociedad

Por Giampiero Aquila

Nos estamos encaminando hacia la contienda electoral y el tema corre el riesgo de poner ante nuestros ojos solamente el efecto electoral que la evidente dificultad en la gestión de la pandemia pueda tener, dejando a un lado la batalla que se necesita librar ante la difusión de los contagios que no deja de ser abrumadora.

En relación a esto es interesante observar de nuevo esta conocida parábola de Kierkegaard

En un teatro se declaró un incendio en los bastidores. Salió el payaso a dar la noticia al público. Pero éste, creyendo que se trataba de un chiste, aplaudió. Repitió el payaso la noticia y el público le aplaudió más todavía. Así pienso yo que perecerá el mundo: bajo el júbilo general de cabezas chistosas que creerán que se trata de un chiste (Kierkegaard, 1961, p. 42).
A nosotros es muy probable que nos pase lo mismo que al público de la parábola; el aséptico sucederse de datos que el Subsecretario de Salud reporta sin que haya el intento de mostrar con seriedad los fracasos, comprensibles e inevitables por demás en una prueba nunca librada antes por nuestra generación, y los retos; el sucederse inexorable de las mañaneras como un espacio de no-diálogo y de no-información, tienen el efecto del payaso: nos suscitan risas o exclamaciones de enojo, pero no percibimos que lo que hay que hacer es llenar la cubeta de agua y correr para incorporarnos las cadenas humanas para apagar el fuego de la pandemia.

Hace poco me encontré un excelente texto de Pablo Parás, Jacqueline Butcher, Santiago Sordo (2020), y tuve la oportunidad de platicar con Pablo y otros amigos respecto al contenido del artículo centrado en el levantamiento de una encuesta sobre la “Solidaridad mexicana en tiempos de COVID”. Estábamos sorprendidos de la disponibilidad de parte de las personas para ayudar a quienes no tienen con ellos ningún vínculo de parentesco o de cohabitación, y de la idea del autor de medir el capital social que se suscita ante las necesidades comunes.
Dialogando nos decía Pablo que “se confirma la expresión de que somos todo dar aquí en México”, es decir disponibles para extender la mano cuando se necesita.

Pero al mismo tiempo abona a un hecho muchas veces confirmado: los valores crecen y se cultivan en experiencias que desde la convivencia social, de manera horizontal, se sostienen y posibilitan, junto con la construcción del bien común, todos valores que de otra manera no se pueden generar a partir de ninguna Cartilla Moral que el Estado promueva.

Hay otro aspecto que es necesario destacar entre los resultados de la Encuesta, que no es tan halagador, me refiero a la reducida cantidad de personas que aportan a instituciones de asistencia. Comparativamente a las iniciativas individuales sólo el 5% de los encuestados declara haber apoyado a estas organizaciones. Igualmente la percepción mayoritaria es que las Organizaciones de la Sociedad Civil y la instituciones ayudaron menos que antes durante la pandemia mientras que el protagonismo en la ayuda lo tiene, siempre en la percepción, la generosidad personal.
Podemos ser generosos y llenos de iniciativas para ayudar a nuestro prójimo pero la guerra que supone afrontar la pandemia no puede ser librada desde la individualidad y es un hecho que, en lo que va de la pandemia, donde se le ha afrontado de manera más eficaz ha sido con políticas de Estado que promueven la eficacia de la familia como el lugar de cuidado más eficiente para la población vulnerable, ancianos y enfermos.

Como vemos en nuestro país las familias, sin una política de Estado que las soporte, se encuentran rebasadas por ésta, con un sistema de seguridad social ineficiente que ha sido debilitado aún más, con personal de salud que se ha inmolado, pagando un precio altísimo de muertes por COVID-19, el más alto del mundo, y que obliga a llevar a los parientes enfermos a Hospitales saturados toda vez que la gravedad de la enfermedad con frecuencia no da opciones salvo esperar a la muerte. Pero, como decía la prueba que hay que librar es inédita para el mundo entero.

El hogar como el lugar principal del cuidado.

En tantos países durante este año se ha desarrollado una nueva estrategia de salud pública como la telemedicina a manera de asistencia domiciliaria integrada; si bien es cierto que el acceso a internet no está difundido y generalizado, no deja de ser también cierto que se ha extendido grandemente el acceso a la web, en un año no se han mostrados estrategias innovadora para afrontar la pandemia del covid 19 .

Lo anterior es particularmente cierto si pensamos que la mayor difusión del contagio se ha dado en zonas urbanas, donde el 76,6% de la población tiene acceso a internet (ENDUTIH, 2019).
Esta falta de consideración de la familia como recurso social fundamental muestra que en general en la gestión de la vida pública ésta permanece fuera del panorama político en el arco parlamentario completo.
En una contingencia sanitaria tan abrumadora probablemente lo más coherente sería encontrar acuerdos parlamentarios trasversales que encuentren sensibilidades en todas las representaciones políticas en lugar de estar riéndonos del payaso o enojándonos con él, descuidando el incendio que ya prendió en buena parte de nuestra casa común.
Por el contrario todo el interés del debate político se está volcando hacia una reforma constitucional que quiere radicalizar las diferencias desmantelando los supuestos legales, ya de por sí mínimos, que soportan a la familia y a la pareja matrimonial heterosexual.

La familia sigue siendo la organización social más valorada en el mundo, y México no es la excepción sino todo lo contrario.
No estamos hablando de familias homoparentales o de cualquier unión civil, ese concepto de familia es reservado para debates “eruditos”. Entre la gente por familia se entiende a esa organización social que une géneros, generaciones y estirpes diferentes, así como las diferencias fundamentales entre las personas y que tienen como proyecto fundamental la generatividad, es decir crear un espacio de calor humano nuevo, dispuesto a la acogida de la vida, del necesitado donde es posible crecer; el espacio de sociabilidad que llamamos hogar (Scabini, Cigoli, 2012:3).
De acuerdo con la Encuesta Mundial de Valores de 2018, en México la familia alcanza un nivel máximo de apreciación para el 97,1% de los encuestados.

La religión, que para los legisladores representa un peligro para la libertad individual, es estimada como muy importante por el 79,5% de los mexicanos. La política, por el contrario, es muy importante sólo para el 16,5%, el 33% la considera poco importante, y el 33,6% para nada importante (World Values Survery, 2018).
Sorprende, y asusta, que quienes asumen el apelativo de “diputados”, es decir delegados a representar a ciudadanos que tienen esos referentes axiológicos, para ejercer el poder en representación de ellos, y lo usen para seguir una agenda propia, posiblemente vinculada a lobbies en la ONU, totalmente destacada de la vida del pueblo que dice representar, pretenda imponer una filosofía de vida basada sobre valores y experiencia social ajenos a la cultura y a la identidad de quién pretende representar.
El valor de un acto legislativo es justamente la armonización entre los valores universales, la justicia, la libertad, la vida, y la cultura identitaria de un pueblo y de sus necesidades más urgentes.
Es auspiciable que se pueda recuperar esta relación íntima entre ejercicio de la política y la construcción del bien común.

 

Hace un año se publicó laENDUTIH 2019, y muestra que “En México hay 80.6 millones de usuarios de internet, que representan 70.1% de la población de seis años o más. Esta cifra revela un aumento de 4.3 puntos porcentuales respecto de la registrada en 2018 (65.8%) y de 12.7 puntos porcentuales respecto a 2015 (57.4 por ciento). Fuente:http://www.ift.org.mx/comunicacion-y-medios/comunicados-ift/es/en-mexico-hay-806-millones-de-usuarios-de-internet-y-865-millones-de-usuarios-de-telefonos-celulares

 

Referencias

Butcher J., Parás P., Sordo S. Solidaridad mexicana en tiempos de COVID. Este País, 30 de diciembre de 2020. https://estepais.com/tendencias_y_opiniones/solidaridad-mexicana-en-tiempos-de-covid/
Kierkegaard, S, (1961), Diapsalmata. Buenos Aires, Argentina, Aguilar.
Scabini E. Cigoli V., La identidad relacional de la familia, BAC, Madrid 2014
World Value Survey, Country Mexico, Q1, Family : https://www.worldvaluessurvey.org/WVSOnline.jsp