Platón y la Bioética

Por José Enrique Gómez Álvarez.

¿Qué podría aportar Platón a la bioética? La Bioética como una interdisciplina es producto del siglo XX. Platón, en cambio, no imagino los cambios tecnológicos en la medicina que plantearon la mayoría de los problemas de la Bioética. No obstante, la antropología platónica, sus concepciones epistemológicas y su preocupación por un Estado adecuado a la condición humana lo llevó a reflexiones sobre la salud y el papel del médico y la medicina (Pascual F. 2011). Pienso que hay elementos negativos y positivos en los temas “colaterales” de la Bioética. Por ejemplo Platón propone en la República, ciertas prácticas eugenésicas. La eugenesia es el intento de controlar la calidad de los individuos humanos, es decir, que tengas mejores capacidades cognitivas o aparezcan signos deseables en la naturaleza física, como puede ser personas más fuertes, por ejemplo. Tradicionalmente, la eugenesia se divide en positiva y negativa. La primera consiste en crear condiciones para una reproducción de individuos con las características deseadas. La segunda, por el contrario, impedir la aparición de individuos con características negativas.

Platón sugiere así que para conveniencia de la Ciudad, en el diálogo La República, se debe regular el contacto entre los mejores hombres y mujeres, sin que ellos se den cuenta, de modo que se de un control poblacional en cantidad y cualidad:

En vista de lo que ha sido convenido, es necesario que los mejores hombres se unan sexualmente a las mejores mujeres la mayor parte de las veces; y lo contrario, los más malos con las más malas; y hay que criar a los hijos de los primeros, no a los de los segundos, si el rebaño ha de ser sobresaliente. Y siempre que sucedan estas cosas permanecerán ocultas excepto a los gobernantes mismos …Por lo tanto, instituiremos festivales en los cuales acoplaremos a las novias con los novios, … En cuanto al número de matrimonios, lo encomendaremos a los gobernantes, para que preserven al máximo posible la misma cantidad de hombres, habida cuenta de las guerras, enfermedades y toda s las cosas de esa índole, de modo que. en cuanto sea posible, nuestro Estado no se a grande ni se achique (Platón, 1988: 261)  [459 e-460a].

Pero, por otro lado, Platón reconoce la objetividad de la ética y la posibilidad de acceder a la verdad. Platón insistirá que el hombre puede acceder a la idea de Bien y que la práctica de una vida buena conduce a la verdadera realización humana. Platón asimismo considera que la razón puede acceder a las esencias de las cosas y así establecer el verdadero fin humano.

También Platón, con su aceptación de la teoría de la metempsicosis (transmigración de las almas) admite que las acciones humanas tienen consecuencias en el ser de las personas y en su vida más allá de la muerte. Las personas al actuar conforme a la razón los lleva en un momento dado a romper con la cadena de reencarnaciones y liberarse para alcanzar el mundo de las Ideas. La actuación de cada uno tiene efectos que trascienden la vida en este mundo. Platón aludirá muchas veces la idea de un premio o un castigo de acuerdo a como se ha vivido. Así, propone que existe una trascendencia humana lo que hace que se subordinen los actos de la vida.

Al estudiar la naturaleza del Estado, Platón discutió un tema que ya en el siglo XX se constituirá en un principio de la bioética: la justicia. La justicia no es una medida externa al hombre sino en sí misma una excelencia, es decir, una virtud en la persona. La justicia no se reduce al mero cálculo. El hombre justo vivirá bien, en cambio el injusto no tendrá lo mismo. La justicia se hace presente al Estado y es la virtud más importante del mismo. La justicia no es un mero contrato, sino un modo de ser de los gobernante y de los gobernados. Platón señala, en La República, en diálogo de Sócrates con Glaucón:

Pues establecimos, si mal no recuerdo. y varias veces lo hemos repetido, que cada uno debía ocuparse de una sola cosa de cuantas conciernen al Estado. aquella para

la cual la naturaleza lo hubiera dotado mejor.

-Efectivamente, lo dijimos.

– y que la justicia consistía en hacer lo que es propio de uno, sin dispersarse en muchas tareas, es también algo que hemos oído a muchos otros, y que nosotros hemos dicho con frecuencia.

– En efecto. lo hemos dicho y repetido.

-En tal caso, mi amigo, parece que la justicia ha de consistir en hacer lo que corresponde a cada uno, del modo adecuado. ¿Sabes de dónde lo deduzco ?

-No, dímelo tú .

– Opino que lo que resta en el Estado, tras haber examinado la moderación, la valentía y la sabiduría, es lo que, con su presencia, confiere a todas esas cualidades la capacidad de nacer y una vez nacida se les permite su conservación. Y ya dijimos que, después de que halláramos aquellas tres, la justicia sería lo que restara de esas cuatro cualidades. (Platón, 1988: 223)  [433 a-c]

En Bioética, la justicia es virtud central para así mantener las otras virtudes. Es importante notar de nuevo que las virtudes forman el ser de cada persona, no son añadidos externos a la misma.

Otro tema importante es la idea de que el alma es distinta del cuerpo y está unida accidentalmente al mismo. Lo anterior podría generar dificultades, ya que muchos problemas bioéticos sobre el cuerpo humano pero considerando a la persona una unidad entre ambas. No obstante, Platón señala que la salud implica un cierto ordenamiento de las partes del cuerpo conforme a la naturaleza. Afirma en La República:

Pues bien. Producir la salud equivale a instaurar el predominio de algunas partes del cuerpo sobre otras que son sometidas. conforme a la naturaleza; en cambio. la enfermedad surge cuando el predominio de unas y el sometimiento de otras es contrario a la naturaleza. (Platón, 1988: 242). [444a]

Platón menciona, en la República, un esbozo de lo que sería evitar en encarnizamiento terapéutico al señalar la posibilidad de suspender un tratamiento médico: “  … en los casos en que los cuerpos están totalmente enfermos por dentro, no intentó [Asclepio] prolongar la desdichada vida de los enfermos”. (Platón, 1988: 185) [407 d-e]  En el fragmento citado no señala la aceleración de la muerte, sino dejar el curso natural de la enfermedad.

Por otra parte, Platón confía en que la razón puede acceder a esencias. Los diálogos tempranos de Platón apuntan a eso: descubrir que es la valentía, la piedad, lo bello, etc. En ese sentido Platón, en boca de Sócrates, rechaza lo que hoy podríamos denominar casuística entendida como el negar la posibilidad de realizar juicios universales éticos y conformarnos solo con los casos particulares.

Otro elemento relacionado con el anterior es la confianza en la razón, incluso el optimismo, al menos del Platón joven, en que el mal se realiza solo por ignorancia. Platón se apoya en alegorías y mitos para explicar su doctrina, pero no plantea la ética como una posición religiosa, sino como producto del esfuerzo de la razón que puede ser enseñada o cuando menos orientar a la persona a su descubrimiento. En ese aspecto Platón es “laico” en cuanto la investigación de lo ético, pero recordando que Platón señala en la República que existen delitos contra el Estado referidos a la religión, es decir, delitos de impiedad lo que implica todavía que no hay separación entre religión y Estado.

En cuanto a la medicina, la misma es un medio para armonizar el cuerpo, junto con el alma. La medicina es una ciencia que sabe lo que es y que se opone en cierto modo al arte culinario. La medicina auténtica manda los alimentos apropiados para la salud, mientras que la segunda es sólo para el placer que no siempre es benéfico para el cuerpo. Así mismo Platón distinguirá entre la cosmética de la gimnasia. La segunda a diferencia de la primera generará el bien del cuerpo, de nuevo, su orden. La medicina y la gimnasia son verdaderos cuidados del cuerpo.

Como conclusión sería adecuado afirmar que sin duda hay temas bioéticos que se presentan en Platón: la relación medico paciente, la naturaleza de la salud y la enfermedad, el papel del médico, el aborto, la eugenesia y otros. Platón muestra que la salud del cuerpo es importante, pero siempre con un cuidado del alma, reconociendo la importancia de vivir acorde a la naturaleza humana y el valor de la justicia.

 


 

Referencias

Pascual F. (2001). Platón, ¿maestro de Bioética? Medicina y Ética XII, 2 https://revistas.anahuac.mx/bioetica/issue/view/40/v_2001_12_2

Platón (1988).Diálogos IV. República. Gredos: Madrid.