Bioética y conflictos bélicos

Por Patricia Raquel Mancilla Dávila y Andrea Munguía Sánchez.

 

La reciente tregua (temporal) entre Israel y Hamás, para liberar a los rehenes y cese de fuego, permitió el ingreso de ayuda humanitaria, la entrega de suministros, combustible y el traslado de personas con necesidad (urgente) de atención médica. Sin embargo, el fin de la misma en poco tiempo ha significado la muerte de un centenar de personas.

Por desgracia, el conflicto, ya de larga data, pareciera no tener pronta solución y quienes más padecen son las personas en medio del mismo, que han visto destruidas sus casas, mermadas sus oportunidades de desarrollo, su libertad y sus vidas.

Al respecto, nos parece necesario reflexionar sobre algunos valores antropológicos y principios orientadores de la acción moral que propone la Bioética –como ciencia de la supervivencia–  que se pierden de vista como consecuencia de las guerras. Recordemos también, que el pasado 19 de octubre se conmemoró el día mundial de la Bioética, que tiene su origen en el año 2005, cuando la Conferencia General de la UNESCO aprobó la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos. La trascendencia de esta declaración radica en que por primera vez se realizó el compromiso por escrito de acatar los principios fundamentales de la Bioética, los Derechos Humanos y garantizar el respeto por la vida y la dignidad humana, frente a los problemas éticos que plantean los avances científicos, tecnológicos y la transformación social que conllevan.

Para efectos de nuestra reflexión presentamos la siguiente lista.

a) La dignidad humana como valor intrínseco a las personas; “Jamás una sanción debe vulnerar el valor inalienable e innegociable de la persona” (Guerra, )

“El valor de la persona se impone como dato per se notae en la experiencia. El “rostro”, como Epifanía corporal de la persona, manifiesta que el integrum humano anuncia su verdad fundamental al mostrarse como digno. […] El horror que provocan las grandes matanzas es enorme. […]   La objetividad del valor intrínseco de lo humano que cada persona porta impone obligaciones específicas, entre las cuales está el respeto irrestricto a la vida. […] Ahora bien, desde que el poder autolegitimado no puede matar a todos los que le disgustan, tiene necesidad de seres humanos, ya sea como servidores o instrumentos. Para “lograr” la condición instrumental de estas personas es preciso intentar aniquilar su dignidad […] la finalidad de una matanza busca mostrar que no existe ningún valor, ni siquiera la dignidad, puesto que en estos casos el hombre no es más que un medio–para responder a la voluntad de poder” (Guerra, 2003)

b) La norma personalista de la acción, que nos invita a ser capaces de mirar al otro como un fin en si mismo y nunca como un medio:

“La persona no debe ser meramente un medio respecto de un fin para otra persona. Esto está excluido por la misma naturaleza de la personalidad, por lo que cualquier persona es. Los atributos que encontramos en el yo interno de una persona son aquellos por los que es un sujeto pensante y capaz de tomar decisiones. De modo que, cada persona es por naturaleza capaz de determinar sus fines. Cualquiera que trata a una persona como el medio para un fin le hace violencia a la misma esencia del otro” (Wojtyla, citado en Guerra, 2002, p. 25)

c) El principio de la defensa de la vida física, enfatiza el derecho a la vida, este derecho no debe acotarse únicamente a la defensa de la vida del nasciturus, sino que debe extenderse al respeto de toda etapa de la vida humana.

d) La vulnerabilidad, diferentes variables actúan para determinar que una persona o un grupo de personas experimentan una condición de vulnerabilidad. Sin duda alguna, en los conflictos armados las personas viven más de una situación que vulnera sus derechos humanos, pasan de ser un grupo vulnerable a ser víctimas.

e) El principio de precaución. Es un enfoque de riesgo que advierte o sospecha que una determinada acción puede causar daños a las personas y su hábitat y que si la comunidad no logra un consenso esa acción debe abandonarse, de tal manera que las acciones que se realicen hoy garanticen la estancia de la vida en este planeta para las futuras generaciones.

f) El principio de prevención. “Exige tomar medidas que reduzcan la posibilidad de sufrir un daño ambiental grave”( Observatorio ambiental de Bogotá, 2021). En los conflictos bélicos utilizar armas biológicas o armas químicas tiene un impacto gravísimo en el medio ambiente, además de contaminar, generan un daño irreversible a la salud de todo ser vivo.

g) Ética del cuidado. “La ética del cuidado nos guía para actuar con cuidado en el mundo humano” (Gillian, 2013, p. 34 ). La empatía, el cuidado y la asistencia son de interés humano y esenciales para que nuestra especie sobreviva. Sobra decir que no se necesita estar de pie en medio de la guerra para “estar consiente de dónde [y a quién] se pisa” (Gillian, 2013, p. 43). Las pérdidas materiales que generan los conflictos bélicos nunca podrán estar por encima de las pérdidas humanas y la pérdida de confianza entre semejantes.

h) Principio de responsabilidad. “La responsabilidad del ser humano consigo mismo es indisociable de la que debe tenerse en relación a todos los demás”. (de Siqueira, 2009, p.175) El nulo respeto hacia la dignidad y la integridad de las personas, merma la reflexión ética antes, durante y después de una interveción/ataque. La guerra en sí está en contra de la responsabilidad de los hombres, “que tiene por objetivo la manutención [y preservación] de la vida humana y extrahumana”. (p.177)

 

Por lo anterior, al ser la Bioética la ciencia de la supervivencia, los conflictos armados son contrarios a ella, porque promueven la destrucción y la muerte. En este sentido vale la pena preguntarnos si “todo lo que es posible, puede ser hecho, y debe llevarse a cabo” (Rodríguez, 2004) O bien, si el hombre tiene la posibilidad de crear armas de todo tipo, ¿debe hacerlas?; ¿es posible que en los conflictos armados haya ética?

 

 


Referencias:

– de Siqueira, J. (2009). El principio de Responsabilidad en Hans Jonas. Revista Bioεtiκos. Centro Universitario São Camilo. N. 3(2). Pp. 171-193

– Gillian, C. (2013). La ética del cuidado. Fundación Víctor Grífols i Lucas. Barcelona

– Guerra López, R. (2003). Afirmar a la persona por si misma: La dignidad como fundamento de los derechos de la persona. Comisión Nacional de Derechos Humanos. https://raep.com.mx/wp-content/uploads/2021/01/Afirmaralapersonaporsímisma.pdf

– Guerra, R. (2002). Volver a la persona: El método filosófico de Karol Wojtyla (No. 49). Caparrós editores.

  • Observatorio ambiental de Bogotá. (2021) ¿Qué es el principio de precaución?. Recuperado de https://oab.ambientebogota.gov.co/que-es-el-principio-de-precaucion/
  • Rodríguez-Arnaíz, G. G. (2004). El imperativo tecnológico una alternativa desde el humanismo. Cuad. Bioét, 1ª.

 

 

 

 

En este trabajo se reúnen algunas facetas de la filosofía actual. Recientemente se han destacado algunas de sus corrientes, a las que conviene atender, para estar al día en nuestro conocimiento filosófico. Pues todo depende del diálogo que logremos sostener con esas escuelas o tradiciones. Dentro de ellas se encuentran: la filosofía analítica, la fenomenología, la hermenéutica, con especial énfasis en la hermenéutica analógica y el nuevo realismo.

Perspectivas actuales de la filosofía

Mauricio Beuchot

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